16.1.07

De dónde viene la moda


¿Dónde empieza la moda? ¿En la calle? ¿En las mentes privilegiadas de los diseñadores? ¿En los medios? ¿De todo un poco? Yo creo que son fundamentales las mentes de los diseñadores, de los coolhunters, de los estilistas de las revistas de moda. Pero sin la aquiescencia de la calle ninguna de sus proposiciones triunfaría. Para un diseñador es fundamental ser creativo, pero también es fundamental estar en consonancia con su tiempo y con la evolución concreta del vestir de los que le rodean. Porque si hace diez años Galliano, Armani o Lagerfeld hubieran intentado que los ochenta volvieran, habrían fracasado estrepitosamente. Los ochenta han vuelto cuando han podido volver, cuando la gente estaba preparada, cuando la evolución en lo que llevamos ha permitido que lo estrecho y entallado nos harte y nos intriguen otras formas nuevas y el oversize. El glitter y el metalizado se han ido colando poco a poco en nuestras mentes. Pequeños brillitos aquí y allá, un poco de purpurina discreta en una esquinita de una camiseta, luego algo de piel metalizada, primero en los zapatos, luego en los bolsos pequeños y de ahí directo a la ropa, como los vestidos dorados o plateados que las revistas y los diseñadores intentan convencernos ahora para que llevemos (a mí ya me han convencido – el otro día me puso uno fabuloso). De esta manera, las ideas cuajarán en la medida en que sea el momento adecuado para que la sociedad las reciba.

Éste es un comportamiento que podemos vislumbrar en casi todas las actividades humanas (incluso me podría atrever a afirmar que en todas las actividades humanas). La revolución francesa jamás habría podido triunfar antes de lo que lo hizo. Hicieron falta muchos abusos, injusticias, atropellamientos, hambre, extorsiones y continuas desigualdades sociales para que todo el pueblo francés se uniera para acabar con el absolutismo y el feudalismo. Si un agitador hubiera intentado en el año 1.700 convencer a cualquier grupo de personas de las ideas de “Libertad, igualdad y fraternidad” hubieran acabado decapitándolo.

Estoy convencida que para cada cosa hay un momento y que ni se puede forzar lo que no está listo para llegar ni se puede evitar que llegue lo inevitable ni se puede cambiar lo que todavía no está preparado para evolucionar. Por eso, me hace gracia que, como bien dice Mrs. B en su post de ayer (http://glamourama.blogs.terra.es/ise_llevan_las_ugg#extendido
), las revistas se empeñen en sentar cátedra sobre algo que no depende sólo de ellas.

No comments: