29.2.12

Intentando estar en forma

Últimamente he estado probando varias maneras de hacer ejercicio y después de hacer analizar varias posibilidades, éstas son mis conclusiones:


- Es posible morir por ahogamiento practicando el Aquagym quemacalorías.

- Es posible morir descalabrada intentando mantener el equilibrio con la pelota en clase de Pilates.

- Aunque parezca de tebeo, es posible sufrir lo que los expertos llaman “caída de película en la cinta de correr por no saber mantener el paso”

- Es posible abrirse, literalmente, la cabeza patinando.


Y estos los posibles remedios:


- En Aquagym Quemacalorías aunque la profesora diga “Venga! Que queda poco! Tú puedes! Sin tocar el suelo!”, no la creas y apóyate en el suelo las veces que haga falta. Es peor morir ahogada que no hacer caso a la profe.
- En Pilates, aunque la profesora se empeñe en usar la dichosa pelotita para todo, cuando notes que tu integridad está en peligro, deja la pelotita de lado y utiliza nuestro el precioso y estable suelo. Es peor morir por fracturación de cráneo que no hacer caso a la profe.
- Las primeras veces que corras en la cinta, hay que hacer lo que dice nuestro amigo Perogrullo: Ponlo a una velocidad media la primera vez y pasa de las colinas y de las inclinaciones. Es peor caerse de la cinta a que todo el mundo se dé cuenta que es tu primera vez en la cinta.
- Si hay algo que saque tu lado más infantil, intenta que tu parte adulta no desaparezca del todo.

Para recuperar parte de las calorías perdidas, un capricho de vez en cuando:


19.12.11

Miss B

¿Cuál era el mejor blog de moda en Español hasta hace tres días?




“Notas de Estilo by Miss B”, blog en el que bajo la cabecera de Elle, Miss B, después de estar varios años en Terra con “Glamourama”, nos daba los mejores consejos de moda, nos desvelaba los próximos hits antes de que muchas afamadas revistas ni siquiera se los oliesen y con mucho criterio conseguía encontrar un poco de sentido y lógica en el mundo de la moda, a veces tan frenético y errático.



Gracias a Miss B descubrí las KJacques, The Selby, Alexa Chung, St. James, Free P Star, los Kimonos renovados cuando nadie sabía todavía ni que existían y me enteré de las primeras que volvía el camel – mejor combinado con color, qué gran consejo aquél -, el largo midí, los zapatos planos de punta y los vestidos con mangas además de otras mil y una marcas o tendencias más.





Elle.es ha decidido ahora prescindir de este blog reduciendo el elenco que ofrece a Egobloggers o a blogs de los propios editores y colaboradores de la revista en papel, dejando de lado el único blog con buen tino, serio y a la vez divertido y entretenido de su web.



La blogosfera de la moda sin ella obviamente deja de tener tanta gracia y visitar elle.es ya no tiene ninguna.



Queremos que vuelva Miss B a una buena cabecera.



¡Uníos a la plataforma Miss B!

14.12.11

Si te pones algo al revés, alguien te regalará algo

Hoy he sido capaz de ponerme un vestido y sin drogas ni alcohol de por medio, a pesar de que algo raro veía en el espejo que no lograba focalizar, me he ido a trabajar con él al revés.


A pesar de lograr tan maravillosa hazaña - en la que por cierto no he reparado hasta mediodía, ya con la cabeza más despierta - nadie me ha regalado nada.

Me extraña mucho esto.

Así que igual mañana me tengo que regalar algo.

Se me agolpan las ideas en la cabeza.


Una fácil y barata, estas bailarinas tan monas de Asos:



Ya que peco, que después de lo de Londres me he puesto a un régimen de compras híperestricto, que sea poquito.

Todo sea porque se cumplan los dichos.

13.12.11

Decálogo del Buen Blogger para el nuevo año






Os presento los diez mandamientos que cualquier blogger debería seguir para colaborar en una convivencia pacífica y armoniosa y evitar que ningún par de ojos tenga que sufrir:



1. Escribirás siempre en Word y luego harás Copia&Pega para evitar faltas de ortografía

2. Evitarás publicar tres fotos iguales seguidas

3. No te importará que otros no piensen como tú

4. No desvelarás tus más íntimos secretos en tu blog y si lo haces, lo harás con todas los consecuencias

5. Nunca aceptarás fotografiar ningún producto para ninguna marca - Aunque llame a tu puerta Chanel o Guerlain. La publicidad encubierta apesta tanto como el product placement. Si quieren salir en tu blog que se anuncien y paguen por un banner en tu blog -.

6. Cuando hables de alguna marca en tu blog será siempre de manera totalmente sincera y gratuita, sin mediar regalos o pagos

7. No rellenarás el blog con posts-basura sacados de las noticias de marcas – De nuevo, que pongan un banner en tu blog y se anuncien -

8. Evitarás las poses cursis como si fueran el demonio

9. No harás sorteos. Nunca. – Bueno, podemos hacer una excepción para regalos de más de 100 Euros y que molen mucho pero siempre y cuando no sea condición indispensable para participar o hacerse seguidor de tu blog o de la marca -

10. Publicarás 3 veces a la semana por lo menos.

(yo cumplo 8 de 10!!)

1.12.11

Ese Sentimiento Navideño

Por primera vez en mi vida tengo un plan de regalos y unas fechas límites que me he autoimpuesto. Paso de que me pille el toro. Incluso ya le he encargado galletas para Navidad a una amiga que ha montado un negocio genial de cookies decoradas tan apetecibles que decidirse cuesta mucho.

No sólo no me ha parecido que El Corte Inglés se haya adelantado trillones de siglos sino que yo misma puse el árbol de Navidad el fin de semana pasado.

No sé qué extrañas fuerzas se habrán alineado con Neptuno para conseguir sembrar en mí este espíritu Navideño.

¿Será que este año me empeñé tanto en que mis regalos fueran perfectos que me ha alterado las coordenadas espacio temporales el haber gestionado ya los que me vienen por parte de padre, madre y myman y que ya que los tenía no me quedó más remedio que usarlos?


¿O será que la edad le vuelve nostálgica a una?


Tengo hasta una caja de Kleenex con lucecitas que se deberían encender cuando sacas un kleenex pero como es un pelín masoca sólo reacciona cuando le das una torta. Y yo para acompañar este espíritu Navideño que me ha entrado de vez en cuando le doy un golpe para que me ilumine.



24.11.11

London

London te engulle.


Pero sobre todo London engulle dinero.

Pero como dice mi amiga Mónica, mejor. Así cuando vuelves, comes día sí, día no durante una temporada y después te queda mejor todo lo que te has comprado.

Lo mejor Uniqlo, el imperio textil lowcost japonés, - ¿para cuándo Uniqlo en España? -, Brick lane y su mercado con millones de personas y miles de cosas que mirar y que querer comprar y el mercado de Spitalfields. No me llegan a sacar de Brick lane obligada y pierdo la compostura.

En un pub enfrente del mercado de Spitalfields estaba el hombre vivo más guapo. O era Jack Guinness o era su hermano también guapérrimo. Parece ser que además de actor es amigo de Pixie Geldof y de Alexa Chung. Jack, si no lo has hecho ya, quítale las penas a Alexa. Se lo merece por ser tan mona.





Por cierto, estrené la página web Airbnb para encontrar alojamiento, de la que ya os había hablado, y todo salió perfecto. Dormimos en un apartamento molón, muy céntrico y muy limpito. No quiero parar de viajar sólo por buscar de nuevo un sitio chulo para dormir.

Luz en el cuerpo




Hasta que no tengas algo dorado, no serás nadie. No importa que sea bolso, zapatos, camiseta, leggings o un jersey pero algo dorado hay que tener. Es como tener una prenda camel, una falda larga de día o una falda plisé midí. Te dará un rollo cosmopolita total.


Lo bueno es que el dorado te lo puedes poner como te plazca, con gris, con negro, con azul marino, con granate. Sólo hay que cumplir dos reglas. La primera, hay que quitarle dramatismo al tema. El dorado no se lleva en plan hiperarreglado y rollo discoteca en su más pura esencia sino contrastando o con vaqueros o con lana o jugando con volúmenes. Y la segunda, añadir al dorado sólo una gama de colores para no complicarlo más.

 
Las grandes cadenas están llenas de jerseys con brillos dorados, bronces o similares y ya hay hasta leggings dorados en los sitios más insospechados. Uno de ellos es Zara niños. En Topshop tienen hasta sección dedicada a los brillos.




No hay excusa!



Carolina Engman lo lleva con granate. Cambridge satchel en Asos, Bailarinas en Zara, Camiseta en H&M y Cardigan de Topshop.

22.11.11

Adolescentes y Veinteañeras

Os tengo que contar una cosa. Estoy absolutamente obsesionada con las trainer boots. No las deseo, las neesito.







Pero yo no tengo edad para necesitar eso.



Así que me aguanto y no me las compro.



Comprároslas vosotras que podéis, menores de treinta, y demostrar al mundo que las trainer boots molan y que tienen mil posibilidades.

30.10.09

Viajar de otra manera

Hoy me he topado con una web fabulosa que puede hacer que nuestras vacaciones sean maravillosas y más baratas. En esta web no sólo se puede alquilar un apartamento a buen precio para unas vacaciones, aunque sean cortas, sino que también se pueden alquilar habitaciones a un precio todavía más razonable:



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Puedes ir a París y dormir aquí por 35 $

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Aquí por 65 $



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O aquí por 75 $

En Madrid hay pocas casas pero puedes dormir en esta habitación por 47 $



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o en esta otra por 82 $



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En Nueva York podéis dormir en una habitación de este apartamento por 95 $



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O en este otro apartamento por 95 $ también


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Y en San Francisco en esta habitación por 75$



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Y si estás pensando en hacer una escapada a Berlín, esta habitación por 45 $ está genial



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O esta otra por 48 $


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O esta habitación extra-blanca por 66$



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Me parece una forma genial de ahorrar dinero en el alojamiento y generalmente tienes derecho a usar también la cocina. Colgaría mi habitación extra en este momento si no fuera porque no vivo en una zona céntrica. Es una manera perfecta de ganar dinero para aquellos que necesiten ingresos extra. Como en Ebay, el sistema se basa en los votos y la confianza.

24.7.08

Un viaje

La vida te trae sorpresas, sorpresas te da la vida. Y yo, más que encantada, me voy a HOLA, en concreto aquí: http://blogs.hola.com/lasilladecebra/, a probar suerte, a escribir más y a seguir con este blog que me tiene enganchada y que no sé abandonar.

Muchas gracias a los que pasáis habitualmente por aquí y, por supuesto, muchas gracias a la gente que comenta. Me encantan vuestros comentarios. Thanks to you all, porque si nadie me hubiera leído, no hubiera continuado.

¡Besos!

23.7.08

Saturday night fever


El sábado por la noche me topé con una de esas tipas agresivas que quieren todo el espacio para ellas, mal vestidas, con unas mechas terribles y mal puestas y una flor en el pelo intentando emular a Carrie Bradshaw.

Su novio me pidió amablemente que me corriera un poco con mi taburete hacia el otro lado de la barra para que él y su acompañante pudieran estar más holgados. Me corrí. A los cinco minutos la tipa con bastante chulería y cara de asco - ¿por qué será que la gente que va de chula no tiene nada de qué chulear? – me pide que me corra. Le respondo que ya me he corrido antes y que no puedo volver a correrme porque ya no tengo sitio y empieza a gritarme que soy una amargada, una borde, que de qué voy, etc. A mí me entran ganas de arrancarle las mechas y la flor y decirle todo lo que pienso de ella – así, tal cual y sin rodeos – pero hago un ejercicio de autocontrol y le respondo – eso sí, un poco borde – que ya me he corrido la primera vez y que ya le gustaría a ella ser TAN amargada como yo. Claro que como era un poco cortita supongo que no entendió la ironía.

Obviamente ella, tan mona y tan educada, no quiso dejarlo ahí y con su gran culo empezó a invadir mi taburete. Yo no daba crédito. Menos mal que mi culo tiene dimensiones reducidas porque en otro caso no habría sido capaz de mantener el equilibrio ante semejante invasión de las tropas enemigas. Yo no sabía si decirle algo o si empezar una pelea cuerpo a cuerpo. Algo tenía que hacer. Medité sobre mis armas dialécticas y físicas y dado el básico repertorio de ideas y la forma tan primitiva de expresarlas de mi oponente, pasé directamente al plano físico. Sí, soy una cobarde, lo reconozco, no fui capaz de decirle lo que se merecía. Y eso sí que habría sido contundente. En vez de eso me comporté como una nena y simplemente hice mis dos maniobras fundamentales de defensa de territorio:

1.- Encender un cigarro, subir el antebrazo y colocarlo la mano con el cigarro hacia atrás a la altura del hombro. Quien nos esté “incomodando” tendrá que quemarse antes de llegar a su objetivo. ¿De verdad te compensa ser una maleducada? No, ¿verdad?

2.- Colocar el codo a la altura de nuestra cintura, firme cual poste de teléfono. ¿Qué pasa? ¿Qué ahora que al empujarme te clavas mi codo en las costillas ya no te gusta igual? Mira que eres rara…

Lo siento, mujer de la flor, no tenía otra opción, tenía que resistirme. No podía dejar que pensases que se puede ir por ahí gritando y empujando a la gente para salirte con la tuya. No , no y no – esta frase se la copio a
La Divina, que me encanta – y sobre todo, please, don't shout (por favor, no grites).

18.7.08

Black Bags


No sé qué me pasa con los bolsos negros pero me compro uno cada dos por tres y o me canso de ellos o se me estropician enseguida. El último en estropiciarse fue uno de Mango. Mira que prometía. Pero no pudo cumplir. A los dos meses asomó el cartón piedra tras la apariencia de cuero y mostró al mundo que por dentro era blanco como la luna y que se negaba a volver a esconder su secreto, ni siquiera con un edding permanente.

Yo, resignada, volví a coger los de siempre que son los únicos que sobreviven y que me aburren tanto como Zapatero y sus sonrisas de aquínopasanada aunque no tanto como el deaquínomepiro de Rajoy.

Con ganas y un plan de contención rebajil me adentro en los oscuros mundos de las rebajas de Inditex en busca del bolso negro perfecto y evitando Mango a propósito, que todavía tengo guardado el bolso de cartónpiedra de la rabia que me da tirarlo. Tras varias vueltas y pensando ya en abandonar mi misión me recuerdan que
Uterque abría hoy y decido pasar a ver qué tal. La tienda me recuerda mucho a Bimba y Lola. No parece Inditex. Los precios de los bolsos algo subidos en la línea de los últimos bolsos caros de Zara. Los zapatos están mejor de precio y hay algunos chulos muy monos. Me enamoro de un bolso negro pero sólo platónicamente que he decidido comprarme un bolso en rebajas y que me cueste poco, no uno muy caro para ser de Inditex y encima de temporada. Entro por segunda vez en dos días en un Zara y decido concentrar todos mis esfuerzos en los estantes que guardan los bolsos. “No es posible que no encuentro un bolso de rebajas decente en Zara. Juro ante Dios que no me voy de aquí sin uno!”. Con este espíritu me recorro la tienda entera y voy cogiendo bolsos de aquí y de allá mirando y remirando hasta que por fin encuentro EL BOLSO. Sí lo he encontrado. No me lo creo ni yo. Es maravilloso, es negro, tiene una piel fabulosa y es ideal. Costaba 99 Euros y ahora cuesta 39,90. Lo habría besado si me hubiera atrevido. Decido aprovechar que estoy por allí y me doy una vuelta por Trafaluc. La verdad es que cada vez que me paso me siento más fuera de onda. Yo voy creciendo y las niñas de quince años lo tienen que notar. ¿Pensarán que me he perdido? A mí me gusta Trafaluc porque de vez en cuando tiene cosas muy chulas que luego no vuelves a ver por ahí. Las niñas que se compran el mismo vestidito que yo se lo pondrán para salir de marcha por cualquier zona rara que yo no pisaría ni harta de ron. Lo que más me ha alucinado es que me han gustado muchísimas cosas. ¿Me estoy transmutando en una señoraconínfulasdeadolescente? ¿O está cambiando Trafaluc? ¿O son las adolescentes las que están cambiando? Miedo me da la respuesta. Entre las cosas que me han gustado, finalmente elijo sólo – que la economía está fatal, siempre según Solbes – una camisa de cuadros absolutamente genial. Llevo meses soñando con esa camisa. Cuando me pongo en la cola, empiezo a deliberar sobre mis compras. Me acuerdo de los consejos de Miss B para comprar en las rebajas, en la lista, en que no necesito la camisa de cuadros, en que la economía está fatal y la crisis es tremenda, en que no hay nadie en Zara y eso es muy mal síntoma y no puedo evitarlo, como no soy capaz de decidirme, decido que si alguien se pone detrás de mí en la cola me la compro, si cuando vaya a pagar no hay nadie esperando su turno detrás de mí, la dejo. ¿Qué ha pasado? Pues no me he podido comprar la camisa. ¿Cuánto voy a tardar en volver a buscarla? ¿Apuestas?

16.7.08

Holidaying


Necesito mis vacaciones. Desesperadamente. Más que nunca. Cada año es peor. Ya sé que me van a saber a poco las tres semanas que tengo. Necesito mojitos, playa, mojitos, playa, chiringuito, mojitos, mojitos, playa, mojitos. Mojitos. Creo que tengo claras mis prioridades. Otros prefieren irse a la Conchinchina. También están los que les gusta más ir a Benidorm. Afortunadamente, no todos queremos lo mismo. Si no, no cabríamos allá donde fuéramos. Lo que si queremos todos es irnos ya. Las vacaciones, las ganas que tenemos de que lleguen, donde vamos y cuando volveremos son los únicos temas de conversación que tengo ahora mismo con mis compañeros de trabajo. Todas las mañanas coincido con la misma en el café: "Qué horror, ¿eh? Hay que ver lo que me ha costado hoy..." - "Pues anda que a mí... no puedo más. Necesito irme ya. ¡Puf! no creo que llegue hasta el último día".

Las sábanas se me pegan por las mañanas como si ellas fueran la parte peluda del velcro y yo la de los pinchitos. Sí, pinchitos, porque pincho, pincho, pincho mucho. Necesito aire y dormir. Cuando me estoy duchando las sábanas me siguen llamando: "Moi, ¿dónde estás? ¿Por qué te has ido? Te estamos esperandoooooooooooo. Mira qué blanquitas estamos... muy acogedoras... ya sabes, cien por cien algodón...". Qué mal lo he pasado esta mañana. A punto he estado de volverme a tirar en la cama y llamar a la oficina diciendo que una mosca tse-tse me había inoculado una dosis casi-mortal de somnífero veneno.

10.7.08

Paranoias


Tengo una paranoia muy absurda desde que veo CSI. Cada vez que me peino con los dedos por la calle y se me cae algún pelo al suelo no puedo evitar pensar que mi carga genética está por ahí libre y suelta y que cualquier desgraciado puede recogerla y dejarla junto a un cadáver. ¿Soy la única que tiene este tipo de paranoias estúpidas? Por favor, decidme que no…

9.7.08

No era necesario


¿Puede que haya algo que me moleste más y que me resulte aún más repulsivo si cabe que el olor de la comida de mis compañeros a los cuales sus mujeres envenenan? Sí, EL OLOR DE LOS AMBIENTADORES. No puedo soportarlo. Ni en una casa limpia ni en una sucia. Los perfumes son para las personas y no para las casas. Las casas deben oler a limpio y punto. E intentar disfrazar un mal olor con uno de esos sprays es una idea muy mala. Por muchas propiedades anula-mal-olores que nos venda la publicidad, es imposible anular un olor. Por lo menos por ahora. Lo único que se consigue es sobreponer un olor terrible y penetrante al otro desagradable de antes creando un ambiente digno del mismísimo infierno.

Pero lo mejor de todo, lo más divertido y lo más impresionante es que haya una persona que vaya echando la mierda del spray ese por TODO el pasillo – y mira que es largo - para atufarnos bien a todos sin preguntar antes. Que empape su despacho si quiere con la mierda esa pero que mi parte del pasillo la deje en paz. ¿No creéis?


(Nota: El título del post va por Di, maravillosa, divertida y estupenda)

8.7.08

La amistad femenina


Ese gran tópico. No he encontrado todavía ningún hombre que crea en la amistad femenina. Todos despotrican contra nosotras y dicen que no existe y que somos todas unas harpías y que no confiamos ninguna en ninguna y que todas nos utilizamos y demás tonterías.

Afortunadamente sí existe. Tengo la inmensa suerte de tener amigas geniales, unas más cercanas y otras más lejanas, pero todas geniales. Claro que no es oro todo lo que reluce. Para tener esas amigas también me he tenido que topar con alguna que otra indeseable. Y con otras simplemente planas. Menos mal que tengo buen gusto eligiendo amigas - ellas también saben quedarse con lo mejor – y da bastante igual haber tenido que encontrarme con brujas pirujas por el camino. En el momento duele pero luego se pasa rápido. ¿Por qué molestarse por un yogur caducado si tienes caviar en la nevera?

Pues eso tengo yo. Sin ellas mi vida no podría ser igual. Con ellas lo comparto todo. Antes o después hablo de todo con ellas. Me entienden, me escuchan, me quieren. Las escucho, las entiendo, las quiero. Alguna vez las odio un poco e incluso nos hemos llegado a gritar y a decir cosas feas. Así son todas las relaciones. Muchas veces estás de acuerdo pero otras no. Otras para nada. Lo que nunca cambia es que nos escuchamos siempre. Intentamos entendernos aunque no parezca que lo vayamos a conseguir. Porque las personas que mejor te conocen y más te quieren a veces saben sobre ti más que tú mismo. Y al final siempre vuelven las risas, las complicidades y las grandes conversaciones. Porque con ellas no me canso de hablar. Me podría pasar horas parloteando sobre los tonos azules del cielo y sobre los matices de tal cosa o la otra.

Ellas son una parte fundamental de mi vida y me alegro tanto de que estemos juntas en esto que no podría llegar a explicar nunca lo que siento por ellas sin parecer bollera. Las adoro, las quiero, las necesito.

25.6.08

Tan fácil


Voy a relatar los hechos según han ocurrido, en orden cronológico, así sin más.

Mi pelo ha tenido siempre una tendencia a estar más mono sólo cuando no está totalmente limpio, sino casi-limpio, es decir limpio desde hace uno o dos días. Totalmente limpio y sin pasar por peluquería ni secador – algo que intento evitar a toda costa ya que detesto ambos – es un pelo extraño y que siempre llevo en una coleta.

Un día MyMan decide que quiere tener moto. A mí me dan los siete males, tenemos siete broncas y decido que si él va a hacer lo que le dé la gana, yo también. Así es como nuestro perro llegó a casa. Y con él la moto. Y con la moto un casco para cada uno.

La moto de MyMan genera una necesidad profunda en varios amigos que inmediatamente se hacen con otra.

Uno de ellos tiene el pelo un poco como yo – pero más corto -. Ondulado, rizado según el día, según el aire. Nos reímos de él porque cuando va en moto se le queda aplastado y parece un poquito raro.

El miércoles pasado me monté en la moto con MyMan para ir a ver el partido con unos amigos y cuando llegué me dice una amiga. “Qué mono tienes el pelo hoy”. Hilo los hechos y deduzco que el casco ha conseguido que mi pelo se deslimpie un poco, lo justo para que el pelo esté mono y le respondo: “Es el casco”. A ella se le ocurre una brillante idea: “Pues para la boda del sábado te podrías poner el casco un rato porque lo tienes ideal”. Yo me río, pienso que me tengo que lavar el pelo el viernes para no llevarlo demasiado limpio ya que no me imagino a mí misma paseando con el casco puesto por mi casa.

Pero no todo el monte es orégano – es que me encanta esta frase – y el viernes me baño en la piscina. Luego se me olvida que me tengo que lavar el pelo para la boda y, oh dios mío, no me queda más remedio que lavarme el pelo el sábado por la mañana.

Cuando ya lo tengo casi seco, haciendo la maleta, con muy poco tiempo por delante y después de mirarme de refilón en el espejo, decido que voy a probar lo del casco. Quién sabe, a lo mejor descubro la utilidad del siglo al casco de moto – aparte de salvarle a uno la vida, por supuesto -. Y es así como acabo terminando de hacer la maleta con el casco puesto. Milagro. Cinco minutos y el pelo me ha quedado justo como quería que me quedara.

Todavía no me lo creo, he encontrado por fin la forma de llevar el pelo mono sin aburrirme en la peluquería o gastarme fortunas. Eso sí, es un poco complicado llevármelo de viaje en avión. Me imagino al policía: “Es que el casco se puede considerar un arma letal… Puede usted ponérselo y darle un cabezazo al piloto…”. Y yo, “Pero señor, que este es mi secador particular. No puede usted dejarme así con el pelo sin control. Además, ¿me imagina usted dándole un cabezazo a alguien?”.

24.6.08

Mala hierba


Ella: “Hay muchas malas hierbas en la terraza que están creciendo muchísimo. No sé si quitarlas. Me dan un poco de pena. Tú como agrónomo, ¿qué me aconsejas?”

Él: “¿Quitarlas todas y ponerlas de plástico?”


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En un chiringuito de una playa:

Un hombre a otro hombre: “¿Me dejas el rotring?”

Otro hombre: “Sí, claro”

Segundos después otro hombre comprueba, estupefacto, para qué quería Un Hombre el rotring. Con la punta se estaba sacando restos de comida de entre dos muelas.

………………………………..en fin………………………………


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Otro Hombre: “Me duele la nariz por dentro”

Ella: “¿La nariz? ¿Por dentro? ¿Cómo puede ser?”

Otro Hombre: “Es que tenía un moco reseco y pegado y al quitármelo tiré con mucha fuerza llevándome varios pelos de la nariz y me hice sangre. ¿Nunca te ha pasado?”

Ella: “No…”

16.6.08

Ring Ring


Los móviles, mi gran punto débil. He tenido mil. Los hay que cayeron cientos de veces y aún siguieron funcionando. Otros rebotaban tras ser lanzados – sin querer – a un montón de kilómetros por hora. Algunos se quedaron en un taxi. Otros volaron sin paracaídas y aún así sobrevivieron. Los hay que cayeron a las profundidades del mar o de sitios peores. De alguno simplemente me harté.

El último se ha quedado en un avión. Ahí estará solito y desconsolado, esperando a que vaya a buscarlo sin saber que en breve será sustituido por otro y él nunca será rescatado. Condenado a ser el teléfono de algún suertudo con ganas de usucapir. ¿Habéis usucapido vosotros/as alguna vez? Yo sí, sin mala fe, por supuesto. Para los que no lo sepan, usucapir es una figura juridica que legaliza y premia la posesión continuada de algo con la propiedad. Requiere más tiempo si es con mala fe y si son bienes inmuebles pero aunque los plazos no los recuerdo muy bien tengo la ligera idea de que eran unos treinta años si era con mala fe y bienes inmuebles, algo que siempre me impresionó mucho y es que cuando estudiaba esta figura en la facultad me entraban ganas de ponerme a usucapir todo aquello que no pareciera que tuviera dueño. Pero claro, da mucha pereza irse a cualquier campo, vallarlo y ponerse a intentar usucapir a ver qué pasa. Durante treinta años estás con la incertidumbre de si lograrás usucapir o no, si cualquier día alguien te reclamará algo y echará al traste tu plan – es que tienen que ser treinta años de posesión continuada y sin violencia -.

Mi gran propiedad usucapida son unos libros de Astérix de los que fui propietaria mucho antes de saber lo que era la usucapión. Todavía cuando los veo me acuerdo de la niña que me los prestó y de lo que pensará ella cuando ve mis libros que ya no son mis libros dado que ella los ha usucapido y ahora son suyos. Un nexo estúpido pero que me hace acordarme de ella de vez en cuando.

6.6.08

Maleta va, maleta viene



Tengo mucho trabajo. Tengo mucha alergia. En principio a partir del domingo seré más persona. Mañana me toca hacer maleta. Lo odio. O pienso todos los conjuntos por adelantado - lo cual me da una pereza terrible - o luego cuando llego a mi destino y empiezo a vestirme, al tercer día no cuadra nada con nada. Si me pasara como a un amigo que no sabía que los colores se combinaban, sería mucho más fácil.

27.5.08

My personal fashion

Desde que recuerdo siempre he tenido predilección por ciertas prendas y un odio acérrimo a algunas cosas que mi madre me obligaba a ponerme. Los fines de semana me liberaba del horrible uniforme de colegio y me gustaba sacar mi ropa preferida del armario e ir poniéndola sobre la cama haciendo conjuntos hasta dar con el adecuado. Recuerdo unas bermudas vaqueras con florecitas naranjas y amarillas que combinaban fenomenal con una camiseta amarilla. Con amor recuerdo también un vestido tipo marinero cuya charina (sí, sí, se llama charina la movida esa que cuelga de los uniformes marineros) me mangó una rata en un restaurante (….! sí, sé que parece increíble pero así fue o así me lo contaron). Con pavor rememoro el conjunto aquél de pantalón de pana y jersey de cuello polo en rojo que me dio una gran alegría cuando se me quedó pequeño pero también trajo una muy mala noticia: el de mi hermana, exactamente igual pero en amarillo, ya no me quedaba grande.

Con esta pequeña introducción seguro que se entenderá mejor mi amor por la ropa y las combinaciones y mi firme creencia de que la forma de vestir transmite mucho de uno mismo. Incluso el que intenta transmitir que pasa de la ropa - o de la moda - con lo que se pone – o no se pone - dice mucho de su interior. Por eso no creo en la uniformidad ni en las modas masivas. Con esto no digo que no siga la moda, obviamente los cánones estéticos, queramos o no, por la televisón, por la música, por la gente que hay en la calle, por el arte y por mil cosas más van mutando en todos nosotros. Y así el concepto de belleza va cambiando con el tiempo y cada uno va adaptando lo que más le llama la atención de cada época a su criterio estético. Vistiéndome cada día me siento yo y no disfrazada, me siento yo – insisto – y por tanto diferente. Y por esto me molesta enormemente coincidir con mis amigas en alguna prenda o accesorio. En esos momentos me siento un poco clon, muy poco “yo”. Es verdad que ni Zara ni H&M son exclusivos y que por lo que yo le pago al Sr. Amancio Ortega por una falda no me puede asegurar que no habrá por ahí otras cien mil iguales. Pero como en general a la gente no le gusta ir igual que a media ciudad, él se ocupa de repartir muy bien los modelos para que sea una excepción el día que te encuentras a alguien en el semáforo con el mismo vestido que tú. Sin embargo, la mitad de mis amigas creen que si un vestido es bonito, que más da que lo tengamos dos o tres de nosotras e ir vestidas igual… Ellas argumentan que cuando compras en una tienda tan accesible y poco exclusiva como Zara/H&M/Sfera/Blanco/etc. tendrás que asumir que tus amigas pueden querer lo mismo que tú. Yo respondo que habiendo tantos modelos y posibilidades y ropa mona en todas estas tiendas no entiendo por qué tenemos que ir vestidas iguales si sólo somos seis, siete u ocho amigas. Yo he llegado a dejar de usar unos zapatos bicolores muy llamativos porque una amiga los tiene igual que yo. Es nuestra eterna discusión. Y no creo que se zanje jamás. ¿Vosotros/as que pensáis?

20.5.08

Are you in?


Se supone que en el mundo de la moda puedes ser CoolHunter – que encuentra e identifica entre toda la amalgama de tendencias aquellas que van a triunfar – o TrendSetter - que crean tendencia -. Las máximas representaciones de TredSetter serían Kate Moss y Madonna. Yo creo que las TrendSetter no existen. Simplemente son CoolHunters todavía mejores que las otras. Madonna no hizo que volvieran los 80, SABÍA que iban a volver los 80. Simplemente hay que saber cuándo es el momento más adecuado para empezar a usar la tendencia. Los que lo hacen demasiado pronto serán unos incomprendidos toda la vida.

¿Quieres saber en qué escala estás del mundo de la moda?

Si te preguntan mucho qué golpe te has dado en la cabeza para ponerte esto o aquello y un par de temporadas después lo llevan todas aquellas que te miraban raro, eres una TrendSetter - lo que yo llamaría SUPERCOOLHUNTER- .

Si, en cambio, lo que te dicen es “qué monoooooooooooo… ¿dónde te has comprado esoooooooooo?”, eres CoolHunter.

Si cuando tú llevas algo, ya lo lleva la mitad de la población de tu sexo, eres un simple mortal.

Si tu madre y tú os intercambiáis ropa y ella no es Nati Abascal, deberías re-inventarte.

Un mal día lo tiene cualquiera

Hoy no es uno de esos buenos días. Atasco en el túnel – que no pánico -. Después casi cuarenta minutos para aparcar. Yo no entendía nada. “¿La masa está siendo controlada por alguna máquina infernal made in usa y enviada a consumir al barrio de Salamanca con algún propósito oscuro tipo resucitar la economía?” me preguntaba yo mientras iba escuchando a Herrera en el coche. Como casi siempre, la explicación más sencilla es la correcta y finalmente me entero de ella: están en huelga los ponemultas de la hora y la masa española, como siempre feliz con lo que parece más barato, se va encantada a trabajar o a hacer lo que tenga que hacer con su cochecito. Y digo parece más barato porque lo que se gastan en la gasolina del atasco y en la gasolina intentando aparcar más lo que vale su tiempo seguro que al final cuesta lo mismo que lo que se hubieran gastado en el parquímetro.

Mientras, personitas de la masa llaman al programa de Herrera y dicen que como Telma Ortiz es la hermana de la Princesa de Asturias se tendrá que aguantar y soportar que la sigan, la fotografíen y la publiquen por ahí y por allí. Claro, ya se sabe que todas las hermanas y hermanos de los personajes públicos son también personajes públicos. A la juez esa de Toledo habría que colgarla. ¿De verdad podemos permitir que los medios decidan quién es y quién no es personaje público? Porque la pobre Telma es personaje público porque lo han decidido los medios y la sociedad. A ningún hermano o hermana de princesa-consorte se le dado semejante trato sin haber ellos vendido su alma al mundo rosa, cosa que Telma todavía no ha hecho.

Luego llego a la oficina y cuando me echo la leche del café en la taza no es que se me haya salido, es que ha caído más leche fuera que dentro. Odio que me pasen cosas así en días que no han comenzado bien. Constatan que el día va a ser asqueroso. Lo peor, me temo que está por llegar. Me da en la nariz que algo absurdo va a ocurrir hoy.

Menos mal que después de la tormenta llega la calma y que el día después de un día absurdo suele ser bueno. Por favor, que llegue mañana ya.

9.5.08

Loosing your religion


A los niños en clase de religión y en misa les dicen que todos somos hijos de dios.

Una niña piensa: “si todos somos hijos de dios, todos somos hermanos, ¿no?” y así se lo comunica a su prima. “oye, ¿sabes que tú y yo en realidad somos hermanas porque todos somos hijos de dios?”

Los adultos que oyen la conversación se mueren de la risa. La niña no entiende por qué se ríen. Es una deducción lógica, ¿no? ¿Dónde está el error? No son capaces de explicarle a la niña por qué se ríen y las respuestas de ella logran que se rían aún con más fuerza.


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A los niños en clase de religión y en misa también les dicen que hay que amar a dios sobre todas las cosas.

A una niña le preguntan: “¿A quién quieres más: a tu padre o a tu madre?” – por cierto, qué estupidez de pregunta, ¿por qué la gente preguntaba esas cosas tan absurdas a los niños? -.

Ella responde siendo consecuente con lo que la están enseñando: “A dios”

Caras de estupefacción, la madre habla con la monja, la monja le explica a la niña que a su madre y a su padre les tiene que querer por encima de todo, por encima incluso de Dios, violando por tanto el primer mandamiento.


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Una niña de diez años ve la película El Exorcista. Se muere de miedo y le pregunta al cura que le da clase de religión si eso puede pasar en la realidad.

El cura responde: “Sí, claro”

La niña flipa. Está muerta de miedo: “Pero a las personas buenas eso no les pasa, ¿no?”

Él responde: “Sí. Hay veces que tiene que ocurrirle eso a alguna persona buena para que personas de su alrededor, que sí son malas, aprendan.”

6.5.08

Water


Hay momentos en que me siento imbécil. Como hoy cuando en Zara Home me ha caído una gotita en el pie. Y compruebo mentalmente que no ha podido ser de mi lata de coca-cola porque la estoy sujetando con la mano derecha y la gota me ha caído en el pie izquierdo. Entonces miro para arriba y veo los conductos de aire acondicionado. Pienso si avisar o no a la dependienta y llego a la conclusión, dado que no hay charco, que ha sido una gotita sola y suelta la que se ha caído. Sigo a mi rollo. De repente la lluvia en mi pie. Aturdida miro mi bolso, de donde parece proceder semejante tormenta. Pues sí. No es que lo parezca, es que la lluvia procede de ahí, de mi bolso. Se está calando todo, mi pie, el suelo. Flipando en colores y en estado de shock, abro el bolso para comprobar que ahora es una piscina. La botella de agua que casi nunca llevo resulta que la he metido abierta y casi llena. Flotan diversos papeles, paquetes de kleenex, la cartera sobresale como un iceberg, las llaves están en el fondo del mar. Necesito un baño para deshacer la marejada y la dependienta, después de explicarle la situación, me indica dónde está. Voy corriendo y saco todos los objetos que llevo y los deposito en un lavabo. En el otro vacío el bolso-cisterna. Cuando veo el mando del garaje, me pregunto a mí misma si logrará sobrevivir a este intento de ahogamiento. Dos veces ha sido ya despeñado y ha logrado recuperarse. Pero de esta no creo que salga. Lo que más me molesta de esto es la pérdida de dinero: 1,5 Euros de la botella de agua + 45 Euros del mando = casi cincuenta SúperEuros que me duelen como nada más ya que lo podría haber evitado si no fuera tan lerda como para meter la botella abierta en el bolso.

29.4.08

Dies Lunae Horribilis



Lo he debido decir ya mil veces. Los lunes no me gustan. Como a la inmensa mayoría de los españoles detesto dejar atrás el fin de semana. Pero hay lunes y lunes. La mayoría de los lunes pasan sin pena ni gloria por mi vida. No los disfruto pero tampoco lo paso demasiado mal. Pero, ay dios mío, ayer fue tremendus. Para empezar tenía un montón de curro y un montón de lío con un montón de números – o más bien, numerajos-. Y en medio del caos papelero me doy cuenta de que a mi tripa le pasaba algo. Sólo hay dos posibilidades. La del embarazo la primera. La medito, me atraganto, me vuelvo a atragantar y tras convencerme a mí misma de que es imposible, paso a la segunda opción: lo de que puedo comer lo que quiera y no engordar ni un gramo se acabó. Miro la tripa de reojo, para que no se den cuenta de que la estoy mirando, la analizo, me pongo recta, decrece, me relajo, crece, la pongo dura, me cago en todo, pienso en los dos donuts de chocolate que me he tomado para desayunar, en los cuatro de ayer. La verdad es que últimamente estoy comiendo mucho. Parece que mi apetito se sacia más difícilmente que antes. Será que el cuerpo se tiene que regular otra vez. Será que mi metabolismo ha cambiado. Da igual. El caso es que yo no puedo vivir con esta tripita. Tengo que hacer algo. De momento me paso el camino de vuelta a casa poniendo la tripa dura para ir ejercitando. Espero que los del coche de al lado no me lo noten en la cara. Cuando saco al perro, ando un rato de puntillas, haciendo glúteos y tripa. Me prometo a mí misma que antes de dormir me haré unos pocos abdominales. Por supuesto esa parte se me olvida. Por la mañana, cuando voy al supermercado a comprar algo para desayunar porque mi despensa no tiene nada que ofrecerme, cojo unos plátanos, miro los donuts. Los cojo o no los cojo. Los cojo. Lo pienso. Los dejo. Me voy sólo con los plátanos. Me como uno al llegar al trabajo, otro a media mañana, otro a las dos. Necesito comer. Si es que lo que no es normal es que mi hora de comida sea tan tardía. Esto de comer pasadas las tres es una tortura china. Voy a ir a hablar con Comisiones Obreras. Vaya lunes el de ayer. Pero el martes mucho peor. Porque además de seguir poniendo la tripa dura cada vez que me acuerdo, tengo que arreglar los números que ayer se nos escaparon. “¡Volved, volved, malditos!”.

23.4.08

Pensamientos inconexos


Muchas veces las preguntas están mal formuladas o mal enfocadas. Nos empeñamos en descubrir cosas que no tienen trascendencia porque lo que de verdad es importante respecto a esa cuestión que nos inquieta es, simplemente, otro enfoque.

Un ejemplo. Yo cuando voy de compras muchas veces me pregunto mientras miro algo: “¿quién demonios habrá diseñado esto?” cuando la pregunta correcta sería “¿pero quién es el/la desgraciado/a que es capaz de ponerse esto?”.

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Hay una gabardina de Zara que tiene uno de estos problemas:

- O el Sr. Amancio la ha producido en exceso
- O todas han acabado en manos de las que pasean / trabajan / van de compras por el barrio de Salamanca. ¡He visto cientos ya!

La próxima vez que vaya a Zara a comprarme algo tendré que analizar si será un megahit o no ya que detesto encontrarme mi misma ropa por ahí. De hecho, si estoy mirando algo en una tienda y viene alguien a interesarse por lo mismo, pierdo el interés al instante.

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He descubierto un blog megagracioso que, vista la cantidad de comentarios, tiene muchos éxito: El fumado. Lo mejor, cuando se compra una libretita para apuntar los pensamientos para luego ponerlos en el blog, la saca a cenar y escribe todo lo que ocurre interesante. Por supuesto, se le olvida la libretita en el restaurante.

22.4.08

Algunos recuerdos

Leyendo blogs por ahí me he acordado de una experiencia que tuve cuando tenía siete u ocho años. Volvía yo de la panadería a mi casa más contenta que unas pascuas cuando me encontré con un hombre joven de unos veinte años, alto, rubio y con ojos azules. El hombre me dijo hola y yo, que era muy educada, le respondí. El hombre entonces me pidió que le diera un beso. “¿Un beso? Pero si eso me lo piden todos los días y se me da fenomenal y mi madre siempre me felicita por lo bien que beso a familia y amistades… ¡Claro que te doy un beso” pensé. Fui a darle un beso, obviamente en la mejilla, y él movió la cara de forma que mi beso aterrizó en sus labios. Recuerdo asco y repugnancia. No sabía lo que significaba pero sabía que era asqueroso. Gracias a dios que en aquella época corría como el viento y salí zumbando de allí. Ni siquiera me di la vuelta para comprobar si me seguía o no y no paré hasta que llegué a casa. Al principio no se lo conté a mi madre. Sentía que me había tomado el pelo, que me había engañado para conseguir algo de mí que a las claras jamás habría conseguido. Me sentía estafada. Pero al final se lo conté. Recuerdo que mi madre se preocupó muchísimo, me preguntó como era el hombre, dónde le había visto exactamente y me advirtió de que nunca me acercara a ningún hombre que no conociera y que la próxima vez se lo dijera corriendo. Me sorprendió su reacción. Me pareció excesiva y me sentí importante. Claro que no entendía lo que aquél hombre pretendía con ese beso. De vez en cuando me acuerdo y me muero del asco. Recuerdo su cara perfectamente. El instante en el que me engañó se me quedó grabado. Sé en qué baldosa estaba exactamente cuando me paró ese cretino.

Y siempre que me acuerdo de esto, me acuerdo inevitablemente de otro episodio, ocurrido a menos de un kilómetro de allí, siete años después. Volvía yo con un amigo andando por una carretera a casa y como nos daba mucha pereza la media hora que nos quedaba para llegar, decidimos hacer autostop. Eran las cinco de la tarde más o menos. Nos paró un tío. Yo me iba a poner delante pero mi amigo me dijo “ponte detrás”. Yo, extrañada, obedecí. Cuando llegó el momento de que nos dejara, mi amigo le pidió que parara. Pero él no quería parar. Dijo que tenía que hacer una llamada, que mejor íbamos primero a buscar una cabina, que luego nos llevaba de vuelta. Yo estaba todavía procesando cómo salir del embrollo cuando mi amigo cogió el freno de mano, lo echó para arriba, salió del coche, me abrió la puerta y me dijo “¡¡¡CORRE!!!”. Obedecí. De nuevo corrí como el viento, los dos juntos, el imbécil del coche persiguiéndonos y gritándonos.

No puedo sino pensar en las siguientes que a lo mejor se toparon con estos cretinos. Sé que yo tuve mucha suerte. Espero que las demás también la tuvieran.

17.4.08

Mis manías estilísticas


Tengo mil manías estilísticas y creo que no sería capaz de recapitular todas. No todas tienen sentido, muchas simplemente son manías porque sí. Algunas tienen su razón de ser en que estorban lo que yo considero “una figura estilizada”. Claro, que, como decía Mrs. de Winter, “para gustos, colores”.

Lo que no me gusta

- Odio el crochet.
- Detesto las botas con medias de otro color. Me da la sensación de que acortan la pierna.
- No me gusta nada que la falda o el vestido asomen por debajo del abrigo. Prefiero llevar una chaqueta. Esta razón tiene su origen en que también me da la sensación de que la figura se acorta.
- Me da repelús ver a todo el mundo con el foulard/bufanda enrollado al cuello de la misma manera: doblando el foulard/bufanda, poniéndolo alrededor del cuello, pasando los extremos por el hueco que deja al otro lado la “curva” del foulard/bufanda. ¿Me explico?

Lo que me gusta

- Antes había algún color que descartaba a priori. Ahora ya no. Ningún color es ya discriminado. Ni ninguna combinación. Primero pruebo. Luego descarto.
- Me encantan las chaquetas de punto. Las adoro. Pero las odio cuando una de mis súperamigas las llama rebecas. Me suena mal, por muy molongona que fuera Rebeca la de Hitchcock.
- Me flipan los abrigos y las chaquetas. De hecho es dónde más me gasto dinero, por calidad y por cantidad.
- Me encantan las camisetas blancas. Pero es muy difícil encontrar camisetas blancas bonitas y que no parezca que vas en bolas cuando te la pones. Siempre estoy en busca de una camiseta blanca y en mi armario no hay prácticamente ninguna. Como Indiana Jones en busca del Arca perdida, más o menos.

¿Y a vosotros?. ¿Qué os encanta y qué odiáis?

16.4.08

Los imbéciles


Son muy fáciles de detectar pero muy difíciles de rechazar. Se necesita al menos una experiencia previa con un imbécil para darte cuenta de que por muchas vueltas que le des, el imbécil siempre será un imbécil, muy a nuestro pesar y por muchas cosas buenas que pueda tener.

El imbécil puede ser imbécil por varias razones – sólo por una, por varias, o – ya se si es un auténtico imbécil -, por todas ellas:

- Normalmente el imbécil siempre tiene un Ego bastante fuerte, bien construido. Pero, por favor, hay que tener en cuenta que el Ego se puede tener bien construido sobre mentiras, falacias, verdades a medias, características inexistentes, etc. – no sé si me entendéis -.
- El imbécil puede tener manías muy absurdas de lo más variopintas: la de un “conocido” de ducharse sólo con y sólo si se tiene Gel Sanex a mano, me encanta.
- Debido a su Gran Ego, al imbécil le gusta escucharse, se siente listo, se crece mucho, luego dice que a la gente le gusta escucharle, en fin… es un imbécil. Está tan seguro de sí mismo que puede llegar a decir auténtica estupideces y defenderlas como si pudieran tener algún sentido eso que están diciendo, tipo: “yo no soy racista pero a los gitanos los apaleaba a todos” - ¿?????? -
- Discutiendo suelen ser un auténtico infierno. Se creen que el resto de la humanidad, especialmente la mujer que tienen al lado – o enfrente, según como se mire -, es imbécil – aunque el imbécil lo sea él-, que las motos están para venderlas y para justificar cualquier tontería son capaces de estar HORAS discutiendo, dándote argumentos absurdos, mareándote.
- El rollo humillación y anulación les va bastante. Si tienen alguna discusión en público con su novia/mujer son capaces de humillarlas y montar el megapollo con tal de demostrar al mundo que ellos son mejores. Lo que no saben es que los que están viendo el numerito sólo pueden pensar: “¿Mejores en qué? ¿En estupidez supina?”
- Les encantan las cosas buenas. Si tienen dinero se las compran. Cuando no tienen tanto, son incluso capaces de ir a las tiendas aunque sea a admirarlas. El fondo del problema son las apariencias, pero no sólo le basta con tener posesiones materiales, también necesitan enseñar al mundo lo fabulosos que son ellos, sus vidas, sus trabajos, sus novias/mujeres… en definitiva, todo. Si la tuvieran bien grande serían exhibicionistas.

¿Antídoto contra el imbécil? Si es la primera vez que te cruzas con uno, será más difícil, pero todavía puedes hacer algo: focaliza en sus defectos, en sus frases hirientes, en su pedantería, en aquello que te moleste más de él. Piensa que él es y será siempre así y que nunca evolucionará a nada mejor. No hagas el tonto, no metas la cabeza debajo del ala. Piensa que sí, que tienes razón, que esa característica suya tan horrible no te la has inventado, que está ahí y que estará siempre. No te dejes obnubilar por sus encantos.

Si ya has estado con un imbécil y te cruzas con otro… por favor, recuerda muy bien y mucho cómo te fue con el primero, acuérdate de la losa que te quitaste de encima cuando lo dejasteis y no olvides que por ahí hay tíos normales.

14.4.08

Pasos de cebra


Foto: Por y para Miss B.
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¿Cuál es vuestra actitud ante los pasos de cebra sin semáforo? Yo, si viene un coche, por muy rápido que venga, si veo que le da tiempo a frenar, cruzo. Tengo derecho a cruzar y él debe frenar, ya que el código de circulación lo dice así. Me pone de mal humor la gente que no tiene intención de frenar, que por aquí por Madrid son casi todos, ya que aparte de violar el código, me parece de una fatal educación. MyMan me dice que deje de tirarme delante de los coches que un día de estos me van a atropellar. Él siempre intenta agarrarme y siempre que cruzamos juntos un paso de cebra sin semáforo pasa lo mismo. Yo me lanzo a la aventura y él me regaña. Pero es que si pretendes que te dejen pasar o que no venga nadie, puedes sentarte en la acera a esperar. Así que cuando MyMan me obliga a esperar cada vez que pasa uno sin frenar me cago en los muertos de los padres del que conduce que no le enseñaron educación cuando era pequeñito.

Por supuesto, cuando voy al volante, intento frenar siempre. Si no freno es porque:

1.- Iba tan volada pensando en cualquier tontería que no he visto que había alguien esperando. Reconozco que alguna vez me ha pasado. Teniendo en cuenta que no reconozco a mi propio padre cuando me lo encuentro por ahí, no extraña lo primero. La última vez que vine de Milán, coincidí con SúperDeivid, uno de mis mejores amigos, en el avión. Esperando a las maletas, mientras le miraba, pensaba: “ese tiene un aire a SúperDeivid…”. Cuando me encontré con su SúperNovio a la salida y me cuenta que está esperando a SúperDeivid que viene de Milán, flipé conmigo misma. Pero bueno, por lo menos yo medité que me sonaba. Él ni me miró.

2.- Volviendo al tema, el segundo motivo por el que puede que alguna vez no haya parado en un paso de cebra sin semáforo es que iba deprisa con prisa y no me daba tiempo a frenar. Tampoco queremos que el de detrás se empotre contra mí y que mis cervicales se descoyunten.

9.4.08

El cartero siempre llama dos veces


Tengo que reconocer que cuando me pongo cerril puedo ser muy cerril. Si he tomado una decisión, es muy difícil que cambie de opinión. Claro que hay gente que me lo pone muy difícil. Hoy me he topado con uno de esos perturbados que acaban con mi paciencia y me ha hecho hacer lo que nunca hago: abrir la puerta de la oficina después de las 19:00. A esa hora se acaba el horario laboral en mi empresa y la mayoría de mis compañeros salen corriendo como si su asiento estuviera ardiendo. Da igual lo que estuvieran haciendo que siempre tiene que esperar al día siguiente. Yo normalmente me quedo hasta que acabe lo que estoy haciendo (diez, quince minutos) y cuando tengo mucho curro, más. A veces, mucho más. Dado que siempre me quedo para acabar algo y no para mirar a las musarañas y dado que mi trabajo no es abrir la puerta, cuando suena el timbre después de la estampida de búfalos nunca abro. Siempre es un cartero despistado que no sabe que cerramos a las 19 con algo de correo certificado y me tengo que poner a firmarle y a rellenarle cien casillas con mis datos. Y si no es un cartero es alguien que necesita la atención de alguno de mis compañeros, cosa que yo no le puedo proporcionar. Normalmente llaman dos o tres veces y se acaban yendo. Pero hoy, no. Y encima cambiaron el timbre de la puerta hace unos meses y suena como el timbre de los aeropuertos: Din-Don.

Hoy a las 19:08 en mi oficina:

Din-Don

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Diez segundos más tarde, Din-Don

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Diez segundos más tarde, Din-Don

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Diez segundos más tarde, Din-Don

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Diez segundos más tarde, Din-Don

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Diez segundos más tarde, Din-Don

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Diez segundos más tarde, Din-Don

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Diez segundos más tarde, Din-Don

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Diez segundos más tarde, Din-Don

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Diez segundos más tarde, Din-Don

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Diez segundos más tarde, Din-Don

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Diez segundos más tarde, Din-Don

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Diez segundos más tarde, Din-Don

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Diez segundos más tarde, Din-Don

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Diez segundos más tarde, Din-Don
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Diez segundos más tarde, Din-Don

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Diez segundos más tarde, Din-Don
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35 segundos más tarde, Prrrrrrrrrrrrrrrrrr (éste es el timbre de la calle)

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Diez segundos más tarde, Prrrrrrrrrrrrrrrrrr

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Diez segundos más tarde, Prrrrrrrrrrrrrrrrrr

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Diez segundos más tarde, Prrrrrrrrrrrrrrrrrr

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Diez segundos más tarde, Prrrrrrrrrrrrrrrrrr

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Diez segundos más tarde, Prrrrrrrrrrrrrrrrrr

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Diez segundos más tarde, Prrrrrrrrrrrrrrrrrr

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Diez segundos más tarde, Prrrrrrrrrrrrrrrrrr

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Diez segundos más tarde, Prrrrrrrrrrrrrrrrrr

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Diez segundos más tarde, Prrrrrrrrrrrrrrrrrr

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Diez segundos más tarde, Prrrrrrrrrrrrrrrrrr

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Diez segundos más tarde, Prrrrrrrrrrrrrrrrrr

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Diez segundos más tarde, Prrrrrrrrrrrrrrrrrr

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45 segundos más tarde:

Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don
Din-Don

Obviamente, todo tiene su límite y mi umbral del Din-Don lo había superado hacía varios Din-Dones. Me levanto, preocupada y preguntándome quién sería el perturbado capaz de ser TAN pesado, decido no abrir por si fuera un loco de la colina y detrás de la puerta, como las ancianas desconfiadas, digo:

“Hola… ¿quién es?”

“Vengo a recoger un paquete”

En este momento flipo. Viene a recoger un paquete. Si abro la puerta soy capaz de degollarlo. Contengo mi ira y respondo:

“Es que todo el mundo se va a las siete. No queda nadie.”

“Ya, pero yo vengo a recoger un paquete que me tiene que dar la Srta. Fulanita Detal.”

“Pues es que Fulanita Detal, como todo el resto, ya se ha ido.”

“Oiga que no ha sido mi culpa…”

Sigo flipando. ¿Le ha acusado yo de algo? ¿Me importa a mí lo más mínimo de quién sea la culpa?

“Pues tampoco es mía. Ya le he dicho que aquí no hay nadie.”

“Es que tengo que recoger un paquete de Fulanita Detal para Benganita Detalcual”

¿Pero este tío es imbécil? No puedo parar de hacerme esa pregunta en mi cabeza.

“Es que, como ya le he comentado, Fulanita no está.”

“Oye que a mí me haces un favor si no me lo das…”

¿?????? Pues vete, tronco. ¿Qué te retiene aquí insistiendo en tu tema mientras yo insisto en el mío?

“No te puedo dar nada. A mí Fulanita no me ha dicho nada y yo sin autorización no puedo entregar nada”.

Parece que a la quinta va la vencida. Juro que no exagero ni un pelo.

8.4.08

Hablando


Mi relación con los móviles siempre ha sido muy tormentosa. Tengo una tendencia natural e irrefrenable a ir tirándolos por todos lados y varios se me han llegado a caer en el váter – afortunadamente, siempre antes de que cayera nada más -. Aparte, siempre me ha molestado mucho, muchísimo, la tomadura de pelo constante de las compañías de teléfonos móviles a todos los españoles de a pie. Según ellos debemos ser los más tontos de Europa porque sólo aquí las tarifas siguen siendo altísimas. Yo no sé cuáles serán las causas sociológicas o de mercado que han propiciado que las puñeteras MoviStar, Vodafone y Orange se forren a costa nuestra en nuestro territorio con unos márgenes que ni ellos mismos podían soñar hace quince años. Después de indignarme mil veces con MoviStar con la única recompensa puntual de un CoñoMóvil que por supuesto acabó estrellado contra el suelo menos de un año después, he decidido plantarle por fin cara a esta situación y tomar medidas.

Siempre he seguido siendo forzosamente fiel a MoviStar porque la mayoría de mis amigas son de MoviStar y como, al fin y al cabo, con quienes más hablo es con ellas, desde donde me sale más económico llamar es desde MoviStar en horario reducido. Dado que ninguna compañía más me va a ofrecer esta tarifa y dado los grandes bolsos que ahora llevamos, he decidido tener dos móviles. Estuve mirando tarifas en Orange, Vodafone, Yoigo y Simyo y la mejor con mucha diferencia ha sido Simyo. Ofrecen 9 céntimos minuto a cualquier hora del día a cualquier teléfono nacional. 9 céntimos el mensaje. 15 céntimos de establecimiento de llamada.

Así que… cuando llame a mis amigas o a fijos de 14 a 16, de 19 a 08 y los sábados por la tarde y domingos todo el día, llamaré por MoviStar. Para el resto de horas, para todo el resto de teléfonos y para mandar SMS’s, con Simyo. Sin contrato, sin ataduras, sin tonterías. Por 50 Euros me han dado un Nokia básico con 50 Euros en llamadas. Mi gesto solo no vale nada pero si juntamos los de todos, acabaremos consiguiendo un mercado justo de telefonía móvil en España. ¡A rebelarse contra el sistema!


Hoy me he enterado de que hay otra operadora más barata: 8 céntimos minuto pero siempre y cuando tengas puesta una recarga automática. ¿El nombre? Se me ha olvidado y ahora no lo encuentro. A ver si luego lo rescato y edito.
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Edito: Simyo me la ha intentado colar. El SMS cuesta menos pero es que sólo puedes poner 70 caracteres frente a los 160 de MoviStar. ¡!!!. No pensaba que me fuerais a hacer esto, Simyo… Mal, muy mal. No me queda más remedio que rectificar. Los SMS largos los mandaré por MoviStar. Cuando me sienta con ganas de ser críptica, con Simyo.
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Edito de nuevo para decir que comprobando el tema de los mensajes, aturdida porque me parecía muy raro el tema, veo que según el momento mi teléfono Nokia Simyo decide que un mensaje son 200 caracteres, otra vez 160, otra 120... Supongo que será un fallo del servicio que arreglarán en algún momento. Espero que en breve.

4.4.08

Las medias


Según mi amigo Mickey, las medias son un objeto de NO-deseo. Dice que es lo más antierótico que hay. Yo no las veo tan terribles pero sí que es verdad que son mucho mejores las medias-medias, esas que llegan a mitad de muslo y gracias a la tecnología se sostienen solas con silicona. Además, son mucho más cómodas que las otras ya que no se bajan ni se descolocan y no hace falta tocarlas para ir al baño o para hacer lo que queramos hacer. Y esas sí les gustan a los tíos. A todos los tíos. Y da igual que sean lisas que con dibujito de rejilla o transparentes o estén puestas del revés. Lo mejor es cuando después de un tiempo una media – esto ocurre en una de cada cincuenta, pero ocurre – decide tener vida propia y abandonar su sitio en medio de la calle mientras vas andando rápido hacia cualquier sitio. Creo que, afortunadamente, nunca nadie me ha visto agachándome, coger la media y sujetarla como buenamente he podido hasta llegar a un sitio seguro donde deshacerme del peligro.

Caso aparte es el de los leotardos. Ayer, así, sin mediar explicación, me suelta Mickey mirando a mis leotardos grises: “¿Puedes darme un trocito de eso que llevas puesto para hacerme una fundita para mi cola?” ¿???

Que por cierto casi muero asfixiada ayer por ellos con este sol indecente para estas alturas del año. Hoy, intentando remediar el sofoco de ayer, me he puesto vaqueros, calcetines y bailarinas. No ha servido de nada. Demasiado calor todavía. Tenía que haber venido con sandalias. Pero con este tiempo tan traicionero del que es imposible fiarse, a pesar de ser siempre de las primeras en quitarme los calcetines y las medias, no me he atrevido. Pero de mañana no pasa. Si seguimos igual, declaro oficialmente que la primavera ha llegado a mi vida y paso de calcetines, medias o sucedáneos. Porque la primavera se puede declarar oficialmente empezada cuando más del cincuenta por ciento de mujeres y travestidos van sin medias, no cuando lo determina el calendario ni cuando El Corte Inglés, a mitad de febrero y con estalactitas en media ciudad, decide comenzar con su campaña de hierbas y flores para vender más.

2.4.08

Hola - Hello


No sé si he comentado antes por este blog mi tendencia a cotillear el Hola. No entiendo de donde viene esa extraña fuerza que me lleva a hojearlo todas las semanas, para en primer lugar, flipar con algunos estilismos, y en segundo lugar, para alucinar con la escasez de veces en que podemos ver en una sola persona unidos glamour y dinero.

El de esta semana me ha parecido particularmente interesante porque en portada sale una Blanca Cuesta revitalizada y reinventada que de repente parece que ha vivido toda su vida en Villa Favorita y cuyo vestido, supongo que de Chanel, aventaja, y mucho, al estilismo de la Baronesa Thyssen, como siempre de marca pero soso y aburrido hasta el infinito.

Leyendo sólo las partes de la entrevista resaltadas en grande, me extraña que la Thyssen sea tan borde como para decir que esto de bautizar al niño en Villa Favorita lo ha hecho sólo por su nieto, porque se merece ser bautizado en el sitio favorito de Borja. Y yo me pregunto, ¿no merecía Borja, su amadísimo hijo, casarse con la mujer que ama – muy a su pesar – en su sitio favorito? ¿El que su hijo no se casara con quien ella quería justifica a sus ojos no sólo el vetarle la celebración allí sino también el pasar de estar a su lado en un día tan importante? ¿Qué derecho se cree esta madre que tiene para dirigir y mandar sobre la vida de su hijo? Hay demasiadas madres que por haber parido ya se creen con derecho a decidir lo que los hijos tienen que hacer o lo que deben ser. Y, la verdad, no es que Borja me parezca genial, pero creo que tiene todo el derecho del mundo a hacer con su vida lo que le plazca, que para eso es suya. Incluso si lo que quiere es ponerse semejante estilismo tremendo para el bautizo de su hijo.

Mis ojos siguen revoloteando tras discutir con mi madre sobre la actitud de Tita (noten que he empezado por Baronesa Tal y acabo llamándola por su nombre) para toparme con el vestido de novia de Cécile, la ex de Sarkozy. Lo siento, Donatella, no habéis sabido estar a la altura. ¿A alguien le ha gustado el traje? No es sólo que sea sosín y normalín, es que no le puede pegar menos.

Siguiente cotilleo: ¿Quién ha engañado a la pobre Carolina de Mónaco? Le pregunto a mi madre: “¿Pero qué golpe se ha dado en la cabeza?”. Me responde muy seria y preocupada: “¿Se ha dado un golpe?”. En fin, el bolsito también tremendo pero no sé por qué, sí creo que se hubiera podido salvar con un vestido apropiado y genial.

Y por último me doy de bruces con la entrevista a Tamara que dice que en su nueva casa de París no tiene miedo de vivir sola porque tiene una portera estupenda y un sistema de alarma que ni el pentágono. Olé. Y no me he podido leer su crónica sobre el desfile de Chanel de Alta Costura por falta de tiempo pero seguro que no le falta desperdicio.

28.3.08

Libertad para amar y para odiar


Adoro:

La paella
El gazpacho
Bañarme en la piscina, en una playa limpia
Llevar la ventanilla bajada en el coche cuando es primavera
Los ríos con verdes orillas
Los boquerones en vinagre
Los chanquetes – aunque estén prohibidos -
Respirar profundo
El sol
La vida
Los abrigos
Beber un buen mojito
Los castillos de arena
Andar descalza
Ducharme
Las hojas verdes
Las flores blancas
El cielo

Detesto:

El queso azul
El mal olor
Encontrarme mal
La falta de tiempo
El egoísmo
La gente que no es sincera consigo misma
El miedo
Las pesadillas
Que todo pase tan rápido
La gente vaga que primero pregunta y nunca piensa

Y sobre todo detesto a la gente que piensa que por llevar un bolso IT son fashionistas, que por llevar una tendencia, van vestidas bien, que por comprar el VOGUE pueden opinar sobre moda (qué bien lo ha expresado
Ana Ureña en este post). Por dios, cuánto mal ha hecho la “democratización de la moda” y que “la moda esté de moda”. Señores, Señoras, hay que destilar estilo antes de empezar a leerse el VOGUE. No por leer el VOGUE se va a tener estilo.

Por tanto, para quien quiera ir a la moda en plan bien, que primero se empape de belleza atemporal, que empiece por los básicos y luego vaya añadiendo discretamente elementos. Porque un exceso de tendencias en una misma persona resulta abrumador – hay que dejar sitio y espacio para encajar el impacto-, no se puede aturullar la mente del visionante con tanta información porque entonces pareces una cacharrería y la moda tu elefante particular. Hay que fijarse en las pasarelas. Los diseñadores destacan algo, no lo mezclan todo como si la vida se acabara mañana y tuviéramos que estrenar las cien prendas que nos compramos ayer. Eso sí, si lo que te gusta es esa imagen excesiva, entonces genial. Todo el mundo tiene que ir como de verdad le gusta y esté a gusto. Lo malo es cuando uno fuerza un estilismo buscando un fin concreto del que al final no se reconoce la esencia.