30.4.07

¿Por qué el PSOE no es republicano?


No acabo de entender cómo un partido de izquierdas como el PSOE no es republicano. Entiendo que no estamos en un país normal, que el Rey ha sido un actor importante en la Transición e incluso en los primeros años posteriores a ella, pero casi treinta años después de aprobarse la Constitución Española me parece un poco (por no decir MUY) incoherente que el PSOE no incluya en su programa electoral la abolición de la monarquía parlamentaria y la proclamación de la república. La monarquía debió haber acabado con la Revolución Francesa pero como unos son muy civilizados (por ejemplo los ingleses) y otros tan poco tendentes a los cambios (por ejemplo los españoles) resulta que instituciones tan anacrónicas siguen perviviendo en pleno siglo XXI, siglo que debería ser el de la perfección de la democracia y del sistema social y que sin embargo tiene que convivir con un cargo hereditario y con un mantenimiento presupuestario de una familia a tal nivel de vida tan fuera de toda la lógica y del entendimiento del pueblo que aún así no protesta porque “quiere” a los Reyes y a sus descendientes.

Creo firmemente que la continuación de la monarquía parlamentaria en España se debería votar cada cuatro, seis u ocho años. Sé positivamente que el Rey revalidaría su título muchas veces y que la familia real seguiría representándonos durante muchos años pero ya no sería una situación ridícula heredada de nuestros ancestros sino una votada y, por tanto, democrática, decisión del pueblo que cada ocho años renueva a su Rey en su cargo, ya no hereditario. Cuando el Rey, por una razón o por otra, ya no sea capaz de realizar las funciones de Jefe de Estado, votaríamos al ahora Príncipe de Asturias y así sucesivamente hasta que el pueblo no reconfirmara su confianza en Su Majestad (el que sea) y se instaurara la República en España. Así la Infanta Leonor tendría todo el derecho a casarse con quién le de la real gana y el resto de los Españoles tendríamos que, por fin, dejar de meternos en asuntos privados porque al ser un cargo electo estos temas ya serían parte de su esfera privada.

26.4.07

La vie en rose ou en grise


La vida a veces te da patadas. Otras simples pataditas. Otras grandes alegrías. Y otras muchas pequeñas y constantes alegrías. A veces nos fijamos más en unas cosas. Otras no podemos dejar de pensar en las otras. Pero, sobre todo, ante todo, hay que tener la actitud correcta, que en algunas ocasiones no es la adoptada. Los impulsos, el instinto de repetición del ser humano y supongo que también cierta estupidez nos hacen reaccionar algunas veces MAL.

Si te dan una patada y te agachas, MAL. Si enfureces, MAL. Si pasas, normalmente MAL. En general SIEMPRE hay que hacerse respetar, dejar claro a la otra persona que lo que se está recibiendo es una patada, que no nos gusta, que no se tiene que repetir y actuar en consecuencia con la persona que te da patadas (por ejemplo: no ser simpatiquísima con la persona que es una borde con nosotros). A veces las circunstancias nos lo impiden (¿como dejarle claro a un jefe que sus patadas te tocan las pelotillas?) pero por lo general debemos siempre hacernos respetar. Tristemente la gente casi siempre se aprovecha del más débil. Si permites que te pisoteen, te pisotearán más.

Ante las constantes y pequeñas alegrías, creo que uno debe tener siempre una actitud correcta. Hay que estar contenta con las nimiedades y tonterías monísimas que nos ofrece la vida. A mí por ejemplo siempre me había hecho ilusión tener un móvil que se abriera y se cerrara pero nunca elegí uno así porque se suponían que eran más débiles. Dado que mis móviles acaban tirados por el suelo una media de dos veces al día, siempre elijo los que parecen resistentes (si fuera La Divina me hubieran regalado un móvil al día y hubiera ido tan feliz por la vida, pero a mí, a pesar de ser fantástica y fabulosa, no me hacen tantos regalos como a ella - ¿cómo lo haces Divina?). Afortunadamente esta última vez que he ido a elegir nuevo móvil, el vendedor de El Corte Inglés me dijo que el Sony Ericson que se abre es resistente, lo cual ha sido comprobado por una amiga genial que tiró el suyo por el hueco del ascensor desde un tercero y sobrevivió. Así que ahora estoy feliz, abriendo y cerrando, abriendo y cerrando sin parar mi nuevo móvil.

Creo que el ser feliz con las pequeñas cosas de la vida hace que lo grande e importante (la familia, los amigos) llegue bien por sí solo. Si uno está bien, atrae el buen rollo. Si uno está mal, espanta el buen rollo. A nadie le gusta estar al lado a alguien que no es capaz de disfrutar de la vida, de reírse y de divertirse.

25.4.07

Momentos geniales con el ordenador


El ordenador es una de esas herramientas sin la cual no podría vivir a la que en ocasiones detesto profundamente. Normalmente no pienso en ella positivamente, aunque sea injusto, porque cuando no falla, me hace la vida muuuuuuuuuuucho más fácil y también más divertida.

Mi vida no tendría sentido sin las geniales hojas de cálculo de Excel que logra hacer pero incluso menos aún sin correo electrónico. Hay que tener en cuenta la cantidad de pasos que se ahorra uno cuando manda un e-mail en vez de un fax. Un fax hay que escribirlo, imprimirlo y enviarlo mientras que un e-mail sólo tienes que escribirlo – darle al botón de send no cuenta porque nos lleva tan sólo un segundo, como poner un punto más -.

Sin embargo, a pesar de hacer muchas cosas estupendas para mí, de vez en cuando se dedica a molestarme o a hacer cosas absurdas que me permitan quedar en ridículo frente al informático.

Un día, imprimiendo un e-mail, vi que lo único que imprimía el ordenador eran las direcciones. Asustada, pensando que tenía un virus maligno viviendo dentro de mi ordenador, llamé al informático. Vino, miró, remiró y descubrió que no tenía tinta negra, sólo de color, así que el ordenador sólo imprimía lo que era de color, en el caso de los e-mails, las direcciones en azul.

Fue bastante curioso el día en el que el ordenador eliminó de golpe y por iniciativa propia dos mil e-mails de mi carpeta de entrada (vale, tenía demasiados). Pensé que me iba a morir ya que tenía impresos bastante pocos y, por supuesto, no tenía copia de seguridad. Afortunadamente, mi súperinformático logró recuperarlos todos-todos-todos. Por supuesto, sigo sin copia de seguridad.

Un poco gritón fue el día que se quemó la pantalla del ordenador de una de mis compañeras de curro (odio la expresión “compañera de curro” pero más absurdo me parece decir “compañera de trabajo” o “colega”). La pobre era bastante nueva pero murió ese día.

El día en que se me cayó un café en el teclado (sí, sé que debería de tomarme el café en otro sitio y no en mi mesa) no pude poner ninguna palabra con P. Esta letra era sustituida por un 2 cada vez que lo intentaba.

Bastante absurdo fue el día en el que una compañera me pidió ayuda porque su ordenador estaba completamente inactivo y no se encendía cuando le daba al botón de ON. Menos mal que me acordé de una gracia que me habían contado una vez de uno/a que llamó a un servicio técnico quejándose y después de un diálogo de besugos bastante absurdo el técnico le dijo al cliente que por favor enchufase primero el ordenador. Efectivamente, esto es lo que le había pasado a mi compañera. Menos mal que no había llamado al informático. Debe ser bastante famosa esta anécdota o debe ser algo muy normal porque cuando llamé yo desde mi casa al servicio técnico de TELE2 porque no me funcionaba el router lo primero que me preguntaron fue si estaba enchufado a la red eléctrica.

Pero es mucho más increíble la historia que me contó una vez un amigo que aseguraba que él había visto con sus propios ojos como
un señor intentaba utilizar el ratón pasándolo por encima de la pantalla del ordenador.

24.4.07

Los blogs


¿La finalidad última de un blog cuál es? La de algunos, colmar la necesidad de atención ya que al ser demasiado ególatras ya no se conforman con la que reciben en la vida normal (curiosa esta denominación de “la vida normal” – ¿la otra es anormal? – hay muchos que sí lo piensan, claro que también hay mucho racista por ahí suelto y serlo es un atraso evolutivo y una estupidez).

La de otros, la autoafirmación. Parecida a la anterior pero diferente. Los del primer párrafo son seguros (aunque no debieran serlo muchos) pero los que se quieren autoafirmar no lo son. Crean y mantienen el blog para que les dé cierta confianza en sí mismos en esas parcelas de su vida donde no se sienten seguros. Suele ser un tanto absurdo ya que la falta de confianza normalmente se debe a que algo sí que les falta.

Comunicarse es ontra finalidad. Esta yo creo que es lo más importante. Hay gente a la que le gusta comunicarse sobre temas concretos que ocupan gran parte de su personalidad y en la vida real no encuentran tantos comunicantes con quienes comunicarse aquello que de verdad les gusta comunicar. En Internet encuentran más comunicantes comunicadores sobre los temas que les interesan: moda, libros, teje-teje, lo que sea.

Hay otros que se crean debido a un estúpido y, desafortunadamente, no pasajero delirio de grandeza que le hace pensar a uno que va a ser descubierto por alguna editorial o periódico y que por fin su talento va a ser reconocido.

Por último, una razón para crear un blog más insustancial pero más simpática: ¿por qué no? No es una razón en sí. Una razón no ha de ser nunca una pregunta, retórica o no. Una razón siempre ha de ser un argumento, por muy ligerito que sea desde un punto de vista lógico. Pero hay tantas veces que la razón no existe, que las apetencias son simplemente puras apetencias y que no podemos (o no somos capaces de) encontrar una o varias razones. El problema aquí es que igual que la apetencia nació espontáneamente, puede morir de repente, sin motivo alguno. Y, así, sin motivo alguno, hay blogs que andan por ahí abandonados o casi-abandonados por sus creadores. O también los hay que directamente han sido asesinados por sus creadores, lo cual no sé si es más trágico que ser abandonado o si por lo menos es un final algo más digno después de tantos días de dedicación y cariño. Afortunadamente, un blog no es como una mascota. No pasa nada si lo abandonamos. No pasa nada si lo asesinamos. Dado que este razón no es una finalidad última de un blog sino una mera razón para existir, ¿cuán sería su finalidad última? ¿No tendría? ¿Su vida entonces no tendría un sentido final?

¿Por qué estamos nosotros en este mundo? “¿Por qué no?” podría respondernos Dios, El Destino, El Caos o Quien Sea que pueda estar por ahí escuchando.

23.4.07

Café malo


Una de las peores formas de empezar un lunes cualquiera es con un café derramado sobre tu mesa y tus papeles. No sólo por la mala leche que te entra por haber sido TAN torpe sino también por el tiempo que tienes que emplear en limpiarlo y porque hay papeles que ya nunca perderán su tono café.

Empezar un martes intentando cerrarle la puerta a una vendedora del círculo de lectores empeñada en hacer una venta a primera hora es también una muy mala manera de comenzar el día.

Otra forma nada bonita de empezar un día de diario cualquiera es embistiendo a una moto con tu coche. Por supuesto sin querer y sin malicia y sólo con un poco de culpa (el resto la tenía el motorista) pero él se llevó la peor parte y el peor susto, así que su comienzo de día fue bastante peor.

El jueves es un día muy tontorrón, ahí casi al final de la semana y es uno de los mejores días para quedar a tomar algo con los amigos y olvidarte el móvil en casa.

Creo que la peor forma de empezar un viernes es quemarte en la mano con un secador en mal estado que no sabías que estaba en mal estado. ¡Eso no debería quemar!

Una forma nefasta de empezar un sábado o domingo es escuchando un móvil insistente a las diez de la mañana de un padre o una madre que no se dan cuenta de que por el hecho de que ellos no salgan por la noche el mundo no tiene por qué estar esperando su llamada para cogerla inmediatamente, así que siguen insistiendo e insistiendo hasta que o coges o tiras el teléfono por la ventana.

Aunque es casi peor cuando el móvil insistente suena el 1 de enero a las dos de la tarde cuando te has acostado a las diez de la mañana en un estado que preferirías no recordar.

Pero mucho peor es despertarte un sábado cualquiera angustiado porque no llegas al trabajo, salir corriendo de casa para descubrir nada más cerrar la puerta de que has salido a la calle sólo con calzoncillos y, por supuesto, sin llaves.

19.4.07

Una multa provoca idas de olla


Ayer me llamó mi padre un tanto enfadado porque le había llegado una multa el veintiuno de enero de 2.006 de su coche que yo uso por haber aparcado en carga y descarga al lado de mi oficina. Nuestra conversación fue un poco larga y absurda pero al final conseguí convencerle de que yo nunca iba a la oficina en coche ya que hubiera tardado más que en transporte público y que a lo mejor había sido mi hermana a la que le había dejado el coche una época aunque no era capaz de recordar cuál. Lo que no se creyó es que la multa pudiera estar trucada a pesar de que yo le aseverara que una vez me habían puesto una multa por aparcar en el carril bus de Guzmán el aunque no había pasado ese día por allí (me acordaba de lo que había hecho ese día porque había tenido un examen).

Después de colgar me acordé de que en enero de 2.006 yo había estado fuera quince días así que miré el calendario para poder demostrar aún más fehacientemente mi inocencia. La sorpresa fue descubrir que el veintiuno de enero de 2.006 cayó en sábado y que por tanto la multa será probablemente nula de pleno derecho porque las señales de carga y descarga te prohíben aparcar en días laborables y el sábado no es un día laborable.

Despotricando entonces contra el alcalde de Madrid, el gobierno, el sistema de puntos y la extorsión a la que nos vemos expuestos cada día, mi padre recordó que la Revolución Francesa explotó por cosas como esta (salvando las grandes diferencias). La verdad es que yo siempre he pensado que las revoluciones sociales todavía no han terminado y que aún nos queda por lo menos una gran revolución que acabe con el control de las masas por parte de los gobiernos y las empresas. Ahora estamos en una época en la que cada vez se regulan más materias y que incluso desde la masa se piden las regulaciones. Siempre que algo no nos gusta, como el tema de Afinsa por ejemplo, se pide la intervención del Estado para que lo solucione. La gente no se da cuenta de que esto es un tema privado y que el hecho de que haya habido una gran estafa no justifica que lo tengamos que pagar el resto de los españoles que sí hemos sido precavidos y no se nos ha ocurrido invertir nuestro dinero en algo que olía tan mal. No nos damos cuenta de que reclamando tanta atención al estado, reclamando que el estado nos proteja de todo (de los anuncios de comida basura, del enaltecimiento de la cirugía plástica por parte de programas basura como “Cambio radical”…) lo único que hacemos es ir recortando poco a poco nuestras libertades, limitando nuestras opciones para así acabar felices y maniatados como en “Un mundo feliz” de Aldous Huxley.

18.4.07

La moda y sus consecuencias


Que determinados artículos, colores y formas se pongan de moda en muchas ocasiones es perjudicial para la salud ocular pública. Puedes ir un día tranquilamente por la calle y ver a una señora tan contenta y encantada con su modelito del día –botas de punta y tacón por encima de vaqueros, camisa de gasa de leopardo y el bolso guateado y plateado de Bimba & Lola- por ir TAN a la moda y que la gente se vaya prácticamente desmayando a su alrededor ante tanta fealdad. De repente te puedes cruzar con una niña con un top amarillo llevado sin ninguna gracia acompañado de unos pitillos a punto de estallar porque no todo el mundo se puede poner cualquier cosa y esas bailarinas doradas que invaden todas las ciudades de España (supongo que también las del extranjero).

Pero entonces ¿qué es ir a la moda? Llevar simplemente elementos que están de moda no puede serlo porque el resultado en muchos casos puede ser bastante horrible. Y entendemos que quien va a la moda, además de llevar prendas de tendencia, va bien y elegante. Para ir a la moda necesitaremos también glamour y saber combinar las cosas unas con otras. Y sobre todo hay que saber ponderar muy bien para lograr el justo equilibrio entre modernidad, ir fashion, ir elegante e ir diferente (no vale ir como clones, como bien dice Style Bubble) Y no es tan fácil. Si pecas de original puedes ir horrorosa, no como Ágatha Ruiz de la Prada, pero casi. Si intentas ir demasiado moderna para tu edad puede resultar ridículo –sobre todo es absurdo si combinas un vestido moderno que llevaría tu hija con unos pitillos beige (el color es un poco rancio para unos pitillos) con unos zapatos que llevaría tu madre-. Si vas demasiado tendenciosa y llevas zapatos de tendencia con vestido de tendencia, con bolso de tendencia, con gafas de tendencia y con peinado de tendencia acabas como Victoria Beckham, todo tan enrevesado y de moda que va demasiado exagerada. Hay que saber simplificar un poco el look llevando algunas cosas neutras y poco llamativas. ¿Y quién decide quién mola y quién no mola? Porque hay demasiada gente que se atreve a opinar y, sinceramente, viéndoles como van ellos/as, cobra todo su sentido la frase esa de la Biblia que dice algo así como: quítate la viga de tu ojo antes de intentar sacar la paja del ojo ajeno. De hecho, yo me estoy atreviendo a meterme con mucha gente en este post y quizás a alguno/a le pareceré yo demasiado sobria o demasiado simple o demasiado algo porque, nunca hay que olvidarlo, el gusto en principio es subjetivo. Pero (casi siempre hay un pero –menos mal-) sí hay una gran mayoría que considerará elegante a algunas personas y horriblemente horribles a otras (Jackie Kennedy Vs Paris Hilton). ¿Habrá entonces que escuchar a la masa para ver si algo es bonito o feo? ¿Quiere esto decir que las alpargatas que tanto me espantan son en realidad el culmen del buen gusto porque a la mayoría de la gente le gustan?

17.4.07

Me dicen mis amigos


Me cuenta mi súperamigoguapopelirrojo que mi amiga se equivocó y que la de la diadema turbante azul marino no es shopper sino estilista de una revista, que empezó por abajo (como casi todos) y que ha ido subiendo. Parece ser que ya desde sus inicios practicaba lo de ir ideal desde las nueve de la mañana. También me ha dicho que no es argentina sino venezolana. Y yo me pregunto qué pasaría si de repente un día ella pasara por aquí y viera tantos posts dedicados a su gran estilismo.

Otro amigo muy molongón -y no menos guapo- me cuenta que no está de acuerdo con la gente que dice que las desgracias inspiran y que a él la felicidad le “enchufa mucho”. Yo sí que creo que las desgracias inspiran y que además son necesarias épocas malas para poder entender muchas cosas y actitudes y, sobre todo, para poder apreciar la felicidad cuando llega. Creo firmemente que el que no ha pasado una mala época es incapaz de ser feliz plenamente. Simplemente por el hecho de no saber lo mal que se puede llegar a sentir uno, no puede compararlo con sentirse bien y por tanto sentirse bien no será tan especial sino algo normal. Pero, por supuesto, una vez entendido ya el concepto de “estar mal” contrapuesto al de “estar bien” lo importante es ser feliz cuanto más tiempo mejor y cuánto más feliz mejor, dando ya igual la inspiración, la creatividad o lo que sea. Prefiero ser feliz el resto de mi vida a estar inspirada y desgraciada escribiendo una obra comparable a “El proceso”. Preferiría que el mundo se quedase sin una obra genial a quedarme yo sin felicidad. ¿Sería eso justo? ¿Qué hubiera pasado si Kafka no hubiera sido un oficinista amargado y enjaulado en la burocracia? ¿Qué hubiera pasado si hubiera conocido a una mujer genial, que le estimulara intelectualmente, con la que hubiera creado, por ejemplo, una compañía de teatro para representar obras de Shakespeare por toda Europa y hubiera viajado con sus hijos de ciudad en ciudad más a gusto que un arbusto? ¿Hubiera entonces escrito “El proceso” o “La metamorfosis”? Es poco probable. ¿Qué preferiría yo? ¿Que Kafka hubiera sido feliz? ¿A costa de no haber podido descubrir nunca sus libros? Mmmmmm.

16.4.07

Mi vida con cajas


Las cajas están alrededor de la cama, invaden también los otros cuartos, los libros están desordenados, los objetos se preguntan cuál será su ubicación definitiva, la antena de la televisión no funciona y el perro ayer entendió, tras visitar la antigua casa vacía, que esa ya no era nuestra casa.

Pero, de nuevo la vida te enseña que aunque una mudanza sea un infierno, hay cosas mucho peores ocurriendo por ahí y que hay que sentirse afortunado por irse a una casa que te gusta más, aunque suponga desembalar y desembalar y seguir desembalando hasta el día del juicio final (¿dónde narices están mis gafas de sol?). Ayer a mi pobre padre se le cayó el techo encima de la cabeza. Los dos cuartos de baño de su casa empezaron a soltar agua sin parar. A veces era un riachuelo, otras el Amazonas en época de lluvias. El jabón cayó al suelo y convirtió uno de los baños en una pista de patinaje estupenda. Así que se ha pasado el pobre toda la noche despierto vigilando que no se inundase la casa entera, recogiendo palanganas, pasando la fregona. Mientras, el portero vivía tan pancho y sentía orgulloso de haber tomado la decisión de no haber cortado el agua porque – oh, dios mío – cómo iba a dejar sin agua a todo el edificio. El presidente de la comunidad también pasó del tema y no tomó cartas en el asunto. Parece que la única obligación del presidente de la comunidad es convocar juntas, levantar actas y demás chorradas. Juan Cuesta es un mito. Y a pesar de que todo el mundo estaba avisado de que no podía ducharse ni poner lavadoras a las seis de la mañana ha empezado a caer otra vez el Amazonas. Porque cuando a la gente no le cae el agua encima dice “Qué más darán unos litritos de agua en el primer piso? Que lo recojan con una palangana”. Menos mal que no han hecho ciertas cositas en el váter…

Afortunadamente, por la mañana llegó el relevo y el portero cabal cortó el agua en espera de que llegara el fontanero.

13.4.07

¿De verdad?


Por supuesto la vida es caprichosa e impredecible. Hoy una amiga me llamó para decirme que ayer por la tarde conoció a la mujer de la diadema turbante (que por cierto no era azul marino sino negra – yo creo que mi amiga es un poquito daltónica). Por supuesto, trabaja en moda. Es shopper en una revista. Y es argentina. Y por supuesto es simpática. Estas casualidades de la vida me dejan siempre bastante alucinada.

Mi cerebro hoy no da para más que para decir lo obvio.

De verdad, no da para más.

12.4.07

Una diadema turbante


No suelo ver a gente por la calle que me guste como va vestida. Y menos todavía que me encante (debe ser porque soy muy maniática con las combinaciones y tengo muy claro siempre cómo creo que deben ser las cosas para ser bonitas – obviamente para mi gusto). Así que ha sido una sorpresa ver a una por la calle cuyo look me ha encantado de pies a cabeza. Iba con una túnica de punto de algodón fino gris, unos pitillo azul oscuro, unos botines negros con algo de plataforma y suela azul klein, una cazadora de paño azul marino con capucha un poco larga y oversize que no cubría de todo el vestido y una diadema-turbante de satén azul marino. He estado a punto de pararla para preguntarla dónde trabajaba (será deformación profesional). Seguro que en una revista o en una gran firma o algo relacionado con la moda. ¿En el mundo de la moda podemos decir quién llegará lejos o no por cómo viste y combina las cosas, además de por la clase que tiene? Yo creo que sí, aunque también hace falta tener algo de cerebro, ser simpática, relacionarte bien y, cómo no, contar con esa pequeña ayudita de la suerte que no siempre está de nuestro lado. Aunque supongo que esa fórmula del éxito se repetirá en casi todas las profesiones. En el mundo de la moda hay que ir fashion, en el de la abogacía y en el de la banca sobrio y elegante, en el de la publicidad moderno, en el de la música llamativo… y cuanto más adecuados vayamos a nuestro mundo, más confiarán en nosotros los proveedores, los clientes, los colegas. Está claro que la imagen cuenta, y más de lo que nos gustaría aceptar. Quizás no sólo por lo que implica una imagen (que también – una vez salí espantada de la consulta de un ginecólogo porque tenía la bata blanca con un lamparón amarillento) sino por la confianza que le da a uno ser guapo/atractivo e ir bien vestido. Esa es la clave del éxito: la actitud. Por eso Rossi de Palma es tan fabulosa, porque ella se ve fabulosa, porque a pesar de que tenga una boca y una nariz feas está satisfecha con ella misma, por dentro y por fuera, y eso lo transmite. En un estudio que vi hace unos meses en un periódico (no me acuerdo ni de quién era ni dónde lo vi) decían que los guapos ganaban más. Yo creo que también tenían que haber preguntado el grado de autoconfianza de cada uno. Seguro que los que más ganaban eran los que más se querían.

11.4.07

Conversión necesaria


La mente a veces se empaña y trae recuerdos lejanos, como venidos de otra época, de otra vida si fuéramos budistas. E intentamos recomponerlos poco a poco, acordándonos primero de este detallito de aquí, luego de este otro, y de repente una sensación, una imagen que ya teníamos totalmente olvidada, ya más entera y contundente, vuelve a nuestra mente y nos invade. Y recordamos pensativos aquella época en la que éramos tan diferentes, pensábamos tan diferente, la vida era tan diferente. Y entonces nos damos cuenta de lo mucho que hace el tiempo y de lo importante que es para poder ver las cosas con perspectiva y de que en muchas (quizás demasiadas) cosas, nuestros padres y abuelos tenían mucha razón y entonces nos da la sensación de volvernos como ellos, de convertirnos en ellos. Y nos acordamos de cuando se quejaban / se quejan de que no sabemos nada, que en su época no había tele y lo pasaban fenomenal y que la emoción del mes (o del año) era ir al teatro. Y no es difícil imaginar el día en que tengamos que decirles a nuestros vástagos que en nuestra época vivíamos sin móvil y lo hacíamos muy bien, que conseguimos superar la adolescencia sin ese aparato y que nadie se murió por ello.

Y entonces queremos evitar a toda costa, antes de ser madres/padres, repetirnos como ellos –creemos que la educación que inculcaremos nosotros será mucho más abierta y dialogante- y decir las típicas frases que ellos decían/siguen diciendo (según los casos) como:

- Cuando seas madre comerás huevos (que el destino me permita, por favor, jamás repetir esta frase - ¿¿¿podré evitarla???)
- Lo hago por tu bien, me duele más a ti que a mí (puede que sea verdad pero cuando eres pequeño/a esta historia te suena a chino)
- Si tus amigos se tirasen por un puente, ¿tú también lo harías? (este ejemplo es demasiado obvio, está demasiado manido y es demasiado extremo como para poder parecerse a ninguna de las situaciones que un niño/adolescente vive – pero, claro, es muy socorrida cuando tu vástago insiste en hacer algo que tú consideras absurdo y que hacen todos sus amigos)
- Más sabe el diablo por viejo que por diablo (sí, también muy socorrido y muy cierto, ¿pero es preciso recalcarlo tanto?)

Pero en el fondo sabemos, que muy a nuestro pesar, la mayoría de estas frases saldrán solitas de nuestra boca, sin ningún control ni pudor, directamente de nuestras gargantas. Es terriblemente contradictorio. Sabes que en muchos casos tenían razón pero intentas no convertirte en su clon a través de sus palabras.

10.4.07

Una pequeña enfermedad


Los microscópicos organismos que invadieron mi cuerpo un día cualquiera de la semana pasada siguen haciendo su mella por mi garganta y mi nariz. Mira que le advertí al portador del virus, bacteria o lo que sea, que no se acercara mucho a mí ya que no estaba yo muy de humor de ponerme enferma. ¿Pero quién ha sido la única imbécil entre seis personas en incubar el dichoso bichito? Pues yo. En fin… me resigno a sufrir en aras de la amistad que me une con aquél que me ha estropeado mis dos últimos días de vacaciones – porque sí, encima yo tenía vacaciones hoy y mañana y pensaba dedicar estos dos días a hacer cosas interesantísimas que todavía no había focalizado del todo, pero que ya no me interesa focalizar, no vaya a ser que acabe por ahí danzando y cogiendo frío y comprando todas las papeletas de la rifa de la pulmonía, como diría mi madre-. Así que aquí estoy, perdiendo el tiempo y haciendo tonterías como:

- Recopilar zapatillas, camisetas y demás en algunas tiendas on-line para un amigo que quería renovar su vestuario. El problema es que el mail que le he mandado al final iba lleno de artículos fabulosos y molongones, todos absolutamente imprescindibles y fundamentales.

- Bañar al perro. Tenía que haberlo hecho hace dos semanas y no debería haberlo hecho ahora porque estoy enferma pero el aburrimiento mata.

- Visitar blogs para ver si hay novedades. Y la verdad es que no muchas. Aunque alguna curiosa, como el robo por parte de Irixjose en Zara de unas “joyas” que adornan, ¿adivinas Irixjose? MI VESTIDO NARANJA. En cuanto lo vi supe que debía ser mío. Irixjose se pondrá las piedrecitas en la cabeza, yo las llevaré en el escote. Por cierto que el otro día me lo tuve que poner inevitablemente a pesar del tiempo (ahora que caigo, puede que el vestido haya tenido algo que ver con la invasión vírica/bacteriológica). El resultado de combinar un vestido de verano naranja con unas botas katiuskas azul claro en Tarifa en un día de lluvia es curioso – aunque también precioso – nada puede quedar mal con ese vestido -.

- Estar todo el día valorando artistas y canciones en Yahoo radio. Algo no muy útil en estos tiempos dado que el viernes me cambio de casa y voy a estar sin línea telefónica UN MES. Todavía no sé si voy a saber superar este difícil trance que Tele2 me va a obligar a experimentar.

- Buscar casa para este verano para descubrir que la gente es demasiado previsora y que la casa que quiero, obviamente, está ya cogida. Con piscina natural y todo, al lado de un río. En fin, qué se le va a hacer.

9.4.07

Charol negro


Cuando llevo los de charol de Zara a veces siento deseos de tirarlos a la basura y seguir mi camino descalza. En septiembre me compré unos peep-toes de charol negros ideales con la suela roja en plan imitando a Louboutin. Pero de repente el pie derecho empezó a crecer y crecer. Tuve que comprar unas plantillas. Pero sólo la puedo meter en el pie derecho porque si la meto en el pie izquierdo éste me queda pequeño. Son mis primeros zapatos crecederos. Me plantee entrar en Zara indignada reclamando unos zapatos no-crecederos pero como soy muy pacífica y los zapatos son todavía llevables, aunque un poco incómodos porque algo siguen chancleando, me resigné. En noviembre me compré unas bailarinas de charol negro en Stradivarius. Pensé que el charol de Stradivarius sería de otra procedencia y que no crecería. Mentira. Ahora son como dos barcas. Pero como son planos, el hecho de que me queden un poco grandes da más igual. Sobre todo lo noto cuando cruzo las piernas. Al pie que se queda en el aire siempre se le escapa la bailarina. En enero volví a ir a Zara a comprar unos zapatos planos negros ya que de los de Stradivarius a veces me canso por no quedarme perfectos. Encontré unas bailarinas ideales, otra vez de charol negro, y también unos zapatos de cuña también muy bonitos, por supuesto también de charol negro. Me arriesgué otra vez con el charol de Inditex a pesar de los malos resultados porque pensé que dada la gran cantidad de reclamaciones que debieron haber tenido en invierno con los zapatos imitación de Louboutin, habrían solucionado el problema. Las bailarinas todavía no las he usado demasiado pero el pie derecho de las cuñas también ha decidido crecer y cada día me chanclea más. Si es que parezco tonta. No tuve suficiente con escarmentar dos veces y me tuve que volver a comprar otros dos pares de zapatos de charol negro de Inditex. Ahora no sé qué hacer, si quejarme en Zara, si pasar, si llevar los zapatos a mi súperzapatero a ver si se le ocurre alguna idea genial para encoger el charol crecedero... El problema de quejarme es que no me gusta discutir mucho con las dependientas. Una vez tuve un problema con unos zapatos de Purificación García y aunque no me solucionaron el problema no llegué a poner una queja. Eso sí, no he vuelto a pisar la tienda. Creo que en la tienda todavía no se han dado cuenta de que no he vuelto pero yo me siento muy bien siendo consecuente.