13.3.07

Risas


Me encanta explotar las pompas del papel de burbujas. Tengo que reconocer que como utilidad es mucho mejor la de proteger objetos que vayan a ser transportados pero creo que al inventor de semejante genialidad habría que agradecerle sobre todo la diversión que genera. En mi empresa hay un rollo gigante de papel de burbujas en el cuarto del papel, las carpetas y los archivadores. Cada vez que tengo que pasar por allí me dan ganas de encerrarme bajo llave y dedicarme a acabar una por una con todas las burbujas de aire retenidas entre las dos capas de plástico. Pero como soy adulta sé que tengo que conformarme con dar un pequeño pellizquito, escuchar como se escapan cuatro o cinco burbujitas y rápidamente volverme a mi despacho con aquello que haya ido a buscar.

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Tengo una amiga a la que siempre le han encantado los bolis. Cuando iba al colegio su frontal del peto del uniforme iba siempre cubierto de todo tipo de portaminas, pilots y bolígrafos especiales. No le gustaba prestárselos a nadie. Sólo si eras muy amiga suya e insistías lo suficiente te lo dejaba un rato, siempre poniendo mala cara y vigilando para que no se lo estropeases. También le gustaba jugar con el típex y hacer todo tipo de experimentos de secado con diversas capas y montañas. Con las gomas de borrar conseguía hacer virguerías que sería incapaz de reproducir aquí. Aplicaba procesos demasiado intrincados como para describirlos sólo con palabras.

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Tengo otra amiga cuyo móvil era inescrutable hace un par de años. Estaba lleno de pegatinas, cachivaches que se encendían y apagaban cuando sonaba el móvil y una ristra de animalillos y muñequitos colgando de una de sus esquinas. Nunca intenté llamar desde su móvil pero estoy segura de que si lo hubiera hecho un animalillo se me hubiera metido por la oreja y una de sus luces me habría quemado la nariz. No podía ser un artefacto inocuo. Yo creo que por eso ella acabó simplificando el tema. Ahora sólo sobrevive un animalillo-muñequito. Como mucho conviven dos colgando de la esquina a la vez.

(mañana más)

5 comments:

Iris Riesgo said...

Jajaja, qué curioso. A mí también me encantan las pompas del plástico de embalar.
En lo de "en autobús o en metro" yo añado a las viejecitas que acaparan todo el espacio que pueden para contarse que la Clotilde tiene el colesterol alto y también a esas que, aún estando en plena forma (estas que no llegan ni a los 65) te miran con cara de odio si no les cedes el asiento. Yo pienso que cuando sea mayor el hecho de que no me lo cedan puede hasta alagarme.
En lo que dices en lo de el día de la mujer hay algunos términos peyorativos que has empleado para con los países subdesarrollados con los que no estoy del todo de acuerdo, si quieres lo escribo ahí más detenidamente. Pero en general todos tus post son muy buenos. Salu2.

SuzieMoi said...

Sí, las que te miran con cara asesina en plan "déjame el sitio" son muy graciosas. Las que de verdad lo necesitan no suelen poner esa cara.

Te respondo en el otro a lo de los países subdesarrollados.

Besooos

Patri Jorge said...

más risas...para una tarde de curro intenso...gracias!!!!!

Anonymous said...

Todos los días alguienes diferentes pincha muchas veces en las criaturas imaginarias tu espacio... Hoy he estado otra vez y me gusta mucho que vengan hacia aquí.

Es precioso. Con tus dibujos y tus pensamientos...

saludos

nadha said...

no soy anónima... ;)