9.4.07

Charol negro


Cuando llevo los de charol de Zara a veces siento deseos de tirarlos a la basura y seguir mi camino descalza. En septiembre me compré unos peep-toes de charol negros ideales con la suela roja en plan imitando a Louboutin. Pero de repente el pie derecho empezó a crecer y crecer. Tuve que comprar unas plantillas. Pero sólo la puedo meter en el pie derecho porque si la meto en el pie izquierdo éste me queda pequeño. Son mis primeros zapatos crecederos. Me plantee entrar en Zara indignada reclamando unos zapatos no-crecederos pero como soy muy pacífica y los zapatos son todavía llevables, aunque un poco incómodos porque algo siguen chancleando, me resigné. En noviembre me compré unas bailarinas de charol negro en Stradivarius. Pensé que el charol de Stradivarius sería de otra procedencia y que no crecería. Mentira. Ahora son como dos barcas. Pero como son planos, el hecho de que me queden un poco grandes da más igual. Sobre todo lo noto cuando cruzo las piernas. Al pie que se queda en el aire siempre se le escapa la bailarina. En enero volví a ir a Zara a comprar unos zapatos planos negros ya que de los de Stradivarius a veces me canso por no quedarme perfectos. Encontré unas bailarinas ideales, otra vez de charol negro, y también unos zapatos de cuña también muy bonitos, por supuesto también de charol negro. Me arriesgué otra vez con el charol de Inditex a pesar de los malos resultados porque pensé que dada la gran cantidad de reclamaciones que debieron haber tenido en invierno con los zapatos imitación de Louboutin, habrían solucionado el problema. Las bailarinas todavía no las he usado demasiado pero el pie derecho de las cuñas también ha decidido crecer y cada día me chanclea más. Si es que parezco tonta. No tuve suficiente con escarmentar dos veces y me tuve que volver a comprar otros dos pares de zapatos de charol negro de Inditex. Ahora no sé qué hacer, si quejarme en Zara, si pasar, si llevar los zapatos a mi súperzapatero a ver si se le ocurre alguna idea genial para encoger el charol crecedero... El problema de quejarme es que no me gusta discutir mucho con las dependientas. Una vez tuve un problema con unos zapatos de Purificación García y aunque no me solucionaron el problema no llegué a poner una queja. Eso sí, no he vuelto a pisar la tienda. Creo que en la tienda todavía no se han dado cuenta de que no he vuelto pero yo me siento muy bien siendo consecuente.

1 comment:

eduardian_guy said...

La rebelión del los zapatos de charol. Cuando era peque mi mamá me compraba zapatitos de charol, solo para los Domingos, me encantaban!!!... El día que comprendí que dejaba de ser un niño de mami, fué cuando ya no había zapatitos de charol del mi número.