24.7.08

Un viaje

La vida te trae sorpresas, sorpresas te da la vida. Y yo, más que encantada, me voy a HOLA, en concreto aquí: http://blogs.hola.com/lasilladecebra/, a probar suerte, a escribir más y a seguir con este blog que me tiene enganchada y que no sé abandonar.

Muchas gracias a los que pasáis habitualmente por aquí y, por supuesto, muchas gracias a la gente que comenta. Me encantan vuestros comentarios. Thanks to you all, porque si nadie me hubiera leído, no hubiera continuado.

¡Besos!

23.7.08

Saturday night fever


El sábado por la noche me topé con una de esas tipas agresivas que quieren todo el espacio para ellas, mal vestidas, con unas mechas terribles y mal puestas y una flor en el pelo intentando emular a Carrie Bradshaw.

Su novio me pidió amablemente que me corriera un poco con mi taburete hacia el otro lado de la barra para que él y su acompañante pudieran estar más holgados. Me corrí. A los cinco minutos la tipa con bastante chulería y cara de asco - ¿por qué será que la gente que va de chula no tiene nada de qué chulear? – me pide que me corra. Le respondo que ya me he corrido antes y que no puedo volver a correrme porque ya no tengo sitio y empieza a gritarme que soy una amargada, una borde, que de qué voy, etc. A mí me entran ganas de arrancarle las mechas y la flor y decirle todo lo que pienso de ella – así, tal cual y sin rodeos – pero hago un ejercicio de autocontrol y le respondo – eso sí, un poco borde – que ya me he corrido la primera vez y que ya le gustaría a ella ser TAN amargada como yo. Claro que como era un poco cortita supongo que no entendió la ironía.

Obviamente ella, tan mona y tan educada, no quiso dejarlo ahí y con su gran culo empezó a invadir mi taburete. Yo no daba crédito. Menos mal que mi culo tiene dimensiones reducidas porque en otro caso no habría sido capaz de mantener el equilibrio ante semejante invasión de las tropas enemigas. Yo no sabía si decirle algo o si empezar una pelea cuerpo a cuerpo. Algo tenía que hacer. Medité sobre mis armas dialécticas y físicas y dado el básico repertorio de ideas y la forma tan primitiva de expresarlas de mi oponente, pasé directamente al plano físico. Sí, soy una cobarde, lo reconozco, no fui capaz de decirle lo que se merecía. Y eso sí que habría sido contundente. En vez de eso me comporté como una nena y simplemente hice mis dos maniobras fundamentales de defensa de territorio:

1.- Encender un cigarro, subir el antebrazo y colocarlo la mano con el cigarro hacia atrás a la altura del hombro. Quien nos esté “incomodando” tendrá que quemarse antes de llegar a su objetivo. ¿De verdad te compensa ser una maleducada? No, ¿verdad?

2.- Colocar el codo a la altura de nuestra cintura, firme cual poste de teléfono. ¿Qué pasa? ¿Qué ahora que al empujarme te clavas mi codo en las costillas ya no te gusta igual? Mira que eres rara…

Lo siento, mujer de la flor, no tenía otra opción, tenía que resistirme. No podía dejar que pensases que se puede ir por ahí gritando y empujando a la gente para salirte con la tuya. No , no y no – esta frase se la copio a
La Divina, que me encanta – y sobre todo, please, don't shout (por favor, no grites).

18.7.08

Black Bags


No sé qué me pasa con los bolsos negros pero me compro uno cada dos por tres y o me canso de ellos o se me estropician enseguida. El último en estropiciarse fue uno de Mango. Mira que prometía. Pero no pudo cumplir. A los dos meses asomó el cartón piedra tras la apariencia de cuero y mostró al mundo que por dentro era blanco como la luna y que se negaba a volver a esconder su secreto, ni siquiera con un edding permanente.

Yo, resignada, volví a coger los de siempre que son los únicos que sobreviven y que me aburren tanto como Zapatero y sus sonrisas de aquínopasanada aunque no tanto como el deaquínomepiro de Rajoy.

Con ganas y un plan de contención rebajil me adentro en los oscuros mundos de las rebajas de Inditex en busca del bolso negro perfecto y evitando Mango a propósito, que todavía tengo guardado el bolso de cartónpiedra de la rabia que me da tirarlo. Tras varias vueltas y pensando ya en abandonar mi misión me recuerdan que
Uterque abría hoy y decido pasar a ver qué tal. La tienda me recuerda mucho a Bimba y Lola. No parece Inditex. Los precios de los bolsos algo subidos en la línea de los últimos bolsos caros de Zara. Los zapatos están mejor de precio y hay algunos chulos muy monos. Me enamoro de un bolso negro pero sólo platónicamente que he decidido comprarme un bolso en rebajas y que me cueste poco, no uno muy caro para ser de Inditex y encima de temporada. Entro por segunda vez en dos días en un Zara y decido concentrar todos mis esfuerzos en los estantes que guardan los bolsos. “No es posible que no encuentro un bolso de rebajas decente en Zara. Juro ante Dios que no me voy de aquí sin uno!”. Con este espíritu me recorro la tienda entera y voy cogiendo bolsos de aquí y de allá mirando y remirando hasta que por fin encuentro EL BOLSO. Sí lo he encontrado. No me lo creo ni yo. Es maravilloso, es negro, tiene una piel fabulosa y es ideal. Costaba 99 Euros y ahora cuesta 39,90. Lo habría besado si me hubiera atrevido. Decido aprovechar que estoy por allí y me doy una vuelta por Trafaluc. La verdad es que cada vez que me paso me siento más fuera de onda. Yo voy creciendo y las niñas de quince años lo tienen que notar. ¿Pensarán que me he perdido? A mí me gusta Trafaluc porque de vez en cuando tiene cosas muy chulas que luego no vuelves a ver por ahí. Las niñas que se compran el mismo vestidito que yo se lo pondrán para salir de marcha por cualquier zona rara que yo no pisaría ni harta de ron. Lo que más me ha alucinado es que me han gustado muchísimas cosas. ¿Me estoy transmutando en una señoraconínfulasdeadolescente? ¿O está cambiando Trafaluc? ¿O son las adolescentes las que están cambiando? Miedo me da la respuesta. Entre las cosas que me han gustado, finalmente elijo sólo – que la economía está fatal, siempre según Solbes – una camisa de cuadros absolutamente genial. Llevo meses soñando con esa camisa. Cuando me pongo en la cola, empiezo a deliberar sobre mis compras. Me acuerdo de los consejos de Miss B para comprar en las rebajas, en la lista, en que no necesito la camisa de cuadros, en que la economía está fatal y la crisis es tremenda, en que no hay nadie en Zara y eso es muy mal síntoma y no puedo evitarlo, como no soy capaz de decidirme, decido que si alguien se pone detrás de mí en la cola me la compro, si cuando vaya a pagar no hay nadie esperando su turno detrás de mí, la dejo. ¿Qué ha pasado? Pues no me he podido comprar la camisa. ¿Cuánto voy a tardar en volver a buscarla? ¿Apuestas?

16.7.08

Holidaying


Necesito mis vacaciones. Desesperadamente. Más que nunca. Cada año es peor. Ya sé que me van a saber a poco las tres semanas que tengo. Necesito mojitos, playa, mojitos, playa, chiringuito, mojitos, mojitos, playa, mojitos. Mojitos. Creo que tengo claras mis prioridades. Otros prefieren irse a la Conchinchina. También están los que les gusta más ir a Benidorm. Afortunadamente, no todos queremos lo mismo. Si no, no cabríamos allá donde fuéramos. Lo que si queremos todos es irnos ya. Las vacaciones, las ganas que tenemos de que lleguen, donde vamos y cuando volveremos son los únicos temas de conversación que tengo ahora mismo con mis compañeros de trabajo. Todas las mañanas coincido con la misma en el café: "Qué horror, ¿eh? Hay que ver lo que me ha costado hoy..." - "Pues anda que a mí... no puedo más. Necesito irme ya. ¡Puf! no creo que llegue hasta el último día".

Las sábanas se me pegan por las mañanas como si ellas fueran la parte peluda del velcro y yo la de los pinchitos. Sí, pinchitos, porque pincho, pincho, pincho mucho. Necesito aire y dormir. Cuando me estoy duchando las sábanas me siguen llamando: "Moi, ¿dónde estás? ¿Por qué te has ido? Te estamos esperandoooooooooooo. Mira qué blanquitas estamos... muy acogedoras... ya sabes, cien por cien algodón...". Qué mal lo he pasado esta mañana. A punto he estado de volverme a tirar en la cama y llamar a la oficina diciendo que una mosca tse-tse me había inoculado una dosis casi-mortal de somnífero veneno.

10.7.08

Paranoias


Tengo una paranoia muy absurda desde que veo CSI. Cada vez que me peino con los dedos por la calle y se me cae algún pelo al suelo no puedo evitar pensar que mi carga genética está por ahí libre y suelta y que cualquier desgraciado puede recogerla y dejarla junto a un cadáver. ¿Soy la única que tiene este tipo de paranoias estúpidas? Por favor, decidme que no…

9.7.08

No era necesario


¿Puede que haya algo que me moleste más y que me resulte aún más repulsivo si cabe que el olor de la comida de mis compañeros a los cuales sus mujeres envenenan? Sí, EL OLOR DE LOS AMBIENTADORES. No puedo soportarlo. Ni en una casa limpia ni en una sucia. Los perfumes son para las personas y no para las casas. Las casas deben oler a limpio y punto. E intentar disfrazar un mal olor con uno de esos sprays es una idea muy mala. Por muchas propiedades anula-mal-olores que nos venda la publicidad, es imposible anular un olor. Por lo menos por ahora. Lo único que se consigue es sobreponer un olor terrible y penetrante al otro desagradable de antes creando un ambiente digno del mismísimo infierno.

Pero lo mejor de todo, lo más divertido y lo más impresionante es que haya una persona que vaya echando la mierda del spray ese por TODO el pasillo – y mira que es largo - para atufarnos bien a todos sin preguntar antes. Que empape su despacho si quiere con la mierda esa pero que mi parte del pasillo la deje en paz. ¿No creéis?


(Nota: El título del post va por Di, maravillosa, divertida y estupenda)

8.7.08

La amistad femenina


Ese gran tópico. No he encontrado todavía ningún hombre que crea en la amistad femenina. Todos despotrican contra nosotras y dicen que no existe y que somos todas unas harpías y que no confiamos ninguna en ninguna y que todas nos utilizamos y demás tonterías.

Afortunadamente sí existe. Tengo la inmensa suerte de tener amigas geniales, unas más cercanas y otras más lejanas, pero todas geniales. Claro que no es oro todo lo que reluce. Para tener esas amigas también me he tenido que topar con alguna que otra indeseable. Y con otras simplemente planas. Menos mal que tengo buen gusto eligiendo amigas - ellas también saben quedarse con lo mejor – y da bastante igual haber tenido que encontrarme con brujas pirujas por el camino. En el momento duele pero luego se pasa rápido. ¿Por qué molestarse por un yogur caducado si tienes caviar en la nevera?

Pues eso tengo yo. Sin ellas mi vida no podría ser igual. Con ellas lo comparto todo. Antes o después hablo de todo con ellas. Me entienden, me escuchan, me quieren. Las escucho, las entiendo, las quiero. Alguna vez las odio un poco e incluso nos hemos llegado a gritar y a decir cosas feas. Así son todas las relaciones. Muchas veces estás de acuerdo pero otras no. Otras para nada. Lo que nunca cambia es que nos escuchamos siempre. Intentamos entendernos aunque no parezca que lo vayamos a conseguir. Porque las personas que mejor te conocen y más te quieren a veces saben sobre ti más que tú mismo. Y al final siempre vuelven las risas, las complicidades y las grandes conversaciones. Porque con ellas no me canso de hablar. Me podría pasar horas parloteando sobre los tonos azules del cielo y sobre los matices de tal cosa o la otra.

Ellas son una parte fundamental de mi vida y me alegro tanto de que estemos juntas en esto que no podría llegar a explicar nunca lo que siento por ellas sin parecer bollera. Las adoro, las quiero, las necesito.