22.1.07

El Independance


En el Independance hay demasiada gente y casi ningún baño, lo que provoca colas kilométricas que pueden durar más de veinte minutos, algo que puede cortarle la marcha a cualquiera. Allí estaban seis amigos/as felicísimos/as bailando y bebiendo alguna que otra copa cuando a la amiga número uno y al amigo número dos se les presenta la necesidad de ir a hacer pis. Ella no puede hacer más que asumir su destino y que tendrá que tirar veinte minutos de su vida en la cola. No queriendo aburrirse tanto tiempo consigue convencer al amigo número tres y también buenazo para que la acompañe en la cola y así no estar sola. El amigo número dos piensa que tiene que haber una manera mucho mejor para evacuar su vejiga. No sé por qué ni cómo se le enciende la bombilla en la cabeza pero decide que lo mejor es llenar su copa vacía con los restos líquidos de su organismo. Se va a la barra con el cuarto amigo para hacer como si estuvieran esperando a que el camarero les atienda, se baja la bragueta discretamente y empieza a llenar el vaso. Debió ser un poco asqueroso notar como el vaso se va calentando. Cuando terminó, orgulloso de su hazaña, se dio la vuelta y les enseñó al quinto amigo y a la sexta amiga su gran hazaña. Mostraba el vaso como si fuera un trofeo, sonriente y deja el vaso encima de la barra. Mientras el amigo número cuatro no puede parar de reírse, el número cinco le regaña diciéndole que era una guarrada y que cualquiera podría coger la copa y bebérsela. El dos no atendía a razones, estaba feliz de haber conseguido saltarse la cola. La sexta opinó que uno no debería beberse nunca una copa que no es suya, porque eso es robar, así que si todos los que estaban en el bar actuaban bien ninguno acabaría con orina ajena en su gaznate. Mientras le decía eso se acordó de lo que le decía siempre su madre: que si tú actúas bien, todo saldrá bien.

Moraleja: “Si no robas copa, no bebes orina.”

Epílogo: La amiga número uno y el amigo número tres tardaron, cumpliendo los pronósticos, más de veinte minutos en volver. Después la amiga número seis se fue a dormir, el número tres se fue en busca de otra amiga, el número dos se las piró a la francesa, la número uno y el número cuatro finalmente se fueron también a casa y el número cinco se quedó por allí. Nadie se bebió la copa mientras ellos estuvieron por allí.

8 comments:

Anonymous said...

Que guarrada!!!

Aunque diré que alguien de mi entorno me ha comentado que lo que hizo el de la francesa es un "Clásico" (esa fue su palabra textual).

Argggg, insisto, que asco!!!

Anonymous said...

A mi me parece tambien un poco de asquito,cn tanto amigo 1,amigo 2...no se bien quien es quien...ya me contaras
Bss

Anonymous said...

A mi me parece tambien un poco de asquito,cn tanto amigo 1,amigo 2...no se bien quien es quien...ya me contaras
Bss

Anonymous said...

que guarrada!!!!!aunque bien mirado, la urgencia es la urgencia y veinte minutos de espera son muchos. Siempre he envidiado a los hombres en ese aspecto, cuando quieren y como quieren y nosotras ajo y agua.

SuzieMoi said...

¿Un clásico? No lo sabía.

Sí, los hombres son muy afotunados en ese tipo de cosas. A mí también me han dado mucha envidia en determinadas situaciones.

Besoos

Anonymous said...

Eso me cuentan, y algunas cosas más que por demasiado escatológicas prefiero no escribir...

Patri Jorge said...

muy buena narración teniendo en cuenta, que no hay nombres sino números...je..je..

SuzieMoi said...

Es que no quería que nadie se sintiese incómodo... JaJaJa.